Philippe vive en París. Sueña con la literatura, el teatro y la cultura. El problema es que no vive en París, Francia, sino en París, Ontario, un pequeño pueblo tranquilo y alejado de todo, donde la única cultura es la agrícola. Tras perder su trabajo como profesor de francés, empieza a cuestionarse sus logros. Su mujer, Jenny, sus suegros e incluso su hijo Tom, de 10 años, temen que esté deprimido. Philippe saca toda una vida de frustraciones reprimidas de su viejo horno, donde encuentra un túnel oculto que le lleva a una trampilla que da al escenario de un teatro. Pero ya no está en Ontario, sino en Francia. Empieza a llevar una doble vida en ambas ciudades, hasta que lo que ocurre en un extremo del túnel empieza a afectar al otro.