La actriz Audrey Hepburn actuó en numerosas películas británicas antes de viajar a Estados Unidos y hacerse famosa internacionalmente. En 1951 protagonizó la puesta en escena de Broadway, Gigi, y dos años después hizo el papel de la princesa Anna en La princesa que quería vivir (1953), que le valió el único premio Oscar a mejor actriz de su carrera. Un año más tarde protagonizó Sabrina (1954), por la que también obtuvo una nominación al Oscar, y realizó la obra de Broadway, Ondina, por la que ganó un premio Tony. La carrera de Hepburn estuvo llena de éxitos de la crítica y de taquilla: con Historia de una monja (1959) y Diamantes para el desayuno (1961) obtuvo dos nominaciones más al Oscar; protagonizó también  Charada (1963), Mi bella dama (1964) y Espera la oscuridad (1967), en esta última también obtuvo una nominación al Oscar. Fue una gran altruista y ha sido una  de las pocas actrices que ganaron un Emmy, un Grammy, un Oscar y un Tony en su carrera.