Fernando García Pacía, mejor conocido como Fernando Soler, fue un reconocido actor, director, guionista y productor mexicano, quien desarrollo una amplia y notable carrera teatral antes de entrar en la industria cinematográfica. Nacido el 24 de mayo de 1896, en Saltillo, Coahuila, México, Fernando creció en una familia dedicada a la industria, su padre fue el actor Domingo Díaz García y su madre, la actriz Irene Pavía Soler, ambos españoles que se mudaron a México para formar una exitosa compañía teatral en 1895. Aunque durante la época de la revolución mexicana, Fernando y su familia emigraron a Estados Unidos, donde sus padres comenzaron una nueva aventura teatral, presentando a sus hijos, los Hermanos Soler, una de las dinastías actorales más famosas en el país.
Fernando debuto en el cine mexicano con la película Chucho el Roto (1934) de Gabriel Soria, un melodrama intenso que se volvió característico en la carrera del actor, cuyos trabajos incluían participaciones en las cintas Refugiados en Madrid (1938), Papacito lindo (1939) y La casa del ogro (1939), por la que recibió reconocimiento notable. Su paso en el cine de Hollywood sucedió por aquellos años, cuando participo en las cintas Verbena trágica (1938) de Charles Lamont y Los hijos mandan (1939) de Gabriel Sosa.
Fernando fue considerado uno de los actores de carácter de la Época de Oro del Cine Mexicano, quien destacó por su naturalidad y carisma interpretativo, siempre afrontando papeles que le presentaran un reto y desafío, destacando con sus papeles rectos y bondadoso., compartiendo cintas con actores de la talla de Arturo de Córdova, Pedro Infante, María Félix, Sara García, Matilde Palou y Sofía Álvarez, entre otros.
En su última faceta, Soler protagonizo tres películas del director Luis Buñuel, El gran calavera (1949), Susana (1950) y La hija del engaño (1951)
Fue, durante algunos años, representante del Sindicato de Trabajadores para la Producción Cinematográfica y también fue socio en la Academia Mexicana de Ciencias y Artes