3 iglesias construidas con huesos reales que inspiraron la escalofriante estructura de cráneos en ‘Exterminio: La evolución’
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

La estética fúnebre de la estructura de cráneos encuentra ecos en lugares como la Capilla de los Huesos de Évora o el Osario de Sedlec, sitios donde la muerte y la arquitectura se funden en un arte lúgubre pero profundamente espiritual.

Uno de los elementos visuales más potentes en Exterminio: La evolución es el llamado “templo de huesos”, una estructura macabra pero cargada de humanidad que aparece en la guarida del doctor Ian Kelson, interpretado por Ralph Fiennes. Esta escalofriante construcción no es solo un decorado de horror: es un espacio de memoria, de duelo y de reflexión sobre las vidas perdidas a causa del virus.

La aparición de esta gigantesca edificación hecha con cráneos y esqueletos genera un fuerte impacto en los protagonistas y en el espectador, al tiempo que remite a monumentos reales que existen en distintas partes del mundo. De hecho, Danny Boyle ha señalado, en entrevista para Shortlist, que la intención detrás de las esculturas óseas de Kelson era la misma que la de los memoriales: recordar a los caídos, dar sentido al dolor acumulado y ofrecer un testimonio para las generaciones futuras.

A partir de este punto, resulta fascinante rastrear las posibles inspiraciones visuales y conceptuales del templo de huesos en Exterminio: La evolución, filme que continúa en las salas de Cinépolis y Cinemex.

Osario de Sedlec (República Checa)

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Ubicado en la localidad de Kutná Hora, el Osario de Sedlec es uno de los ejemplos más sobrecogedores y artísticos del uso de restos humanos como elemento arquitectónico. En su interior, los huesos de aproximadamente 70 mil personas (muertas por la peste y las guerras husitas) han sido minuciosamente dispuestos para formar candelabros, escudos nobiliarios y otros detalles ornamentales. La capilla ofrece una visión tan lúgubre como fascinante del barroco macabro, convirtiéndose en un sitio de peregrinación tanto para turistas como para amantes de lo insólito.

Lejos de tratarse únicamente de una atracción morbosa, el osario cumple una función profundamente simbólica: recuerda el carácter efímero de la vida y el poder destructivo de la muerte colectiva. La manera en que los restos han sido dispuestos con armonía y sentido estético evoca un respeto reverente hacia los fallecidos. Sin duda, esta estética de acumulación ósea inspiró visualmente al “templo de huesos” de Exterminio: La evolución, donde las calaveras dejan de ser simples restos para convertirse en monumentos a la pérdida.

Capilla de los Huesos de Évora (Portugal)

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En el corazón de la ciudad de Évora, en Portugal, se encuentra una de las capillas más emblemáticas del país: la Capela dos Ossos. Construida por monjes franciscanos en el siglo XVI, esta capilla alberga los huesos de más de 5 mil personas que fueron exhumadas de antiguos cementerios locales, con el fin de solucionar problemas de espacio. Al ingresar, los visitantes son recibidos con la frase “Nos ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos” (En los huesos que estamos aquí esperamos el tuyo), recordatorio directo de la transitoriedad de la existencia.

A diferencia de la opulencia del osario checo, la capilla portuguesa tiene un enfoque más sobrio pero igual de inquietante. Las paredes, columnas y bóvedas están completamente recubiertas de cráneos y fémures, dispuestos con un orden casi militar. La estructura impone una atmósfera de silencio contemplativo que no sólo inspira temor, sino también introspección. Este diálogo entre muerte y arquitectura fue sin duda una referencia clara en la creación del entorno fúnebre que habita el personaje del doctor Kelson en el filme escrito por Alex Garland.

Capilla de los Cráneos de Czermna (Polonia)

Smithsonian Magazine

La Capilla de los Cráneos en Czermna, Polonia, es uno de los lugares más sombríos y únicos del país. A simple vista, se trata de una pequeña y modesta iglesia, pero al cruzar su puerta de madera, el visitante se enfrenta a un espectáculo sobrecogedor: más de 3 mil cráneos y huesos humanos recubren las paredes y techos del recinto, todos recolectados entre 1776 y 1804 por el sacerdote Vaclav Tomasek y un sepulturero local. Los restos pertenecen a víctimas de guerras y epidemias, como la peste y el cólera.

Este osario no solo sirve como lugar de reposo, sino también como advertencia. En su altar se encuentran los huesos de figuras locales y restos con particularidades, como cráneos con heridas de bala o deformados por enfermedades. Una trampilla da acceso a una cripta que resguarda los restos de hasta 21 mil personas más. La Capilla de Czermna fue concebida como un “memento mori” para recordar a los vivos la fragilidad de la existencia. Esa intención se refleja en la figura de Kelson y su santuario, donde el horror y la reverencia coexisten en equilibrio inquietante.

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