La película de Ben Affleck que fue tan mala que expulsó a su director de Hollywood
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

La carrera de Ben Affleck está llena de altibajos, pero pocas veces una película fue tan desastrosa que arrastró consigo a su propio director. Un fracaso crítico y una decisión inesperada que sacó de Hollywood a un maestro del cine de acción.

La carrera de Ben Affleck ha sido una de las más irregulares entre las grandes estrellas de Hollywood. Capaz de oscilar entre alabados desempeños y proyectos fallidos, su filmografía incluye tropiezos tan evidentes como Gigli, Daredevil o Surviving Christmas, películas que marcaron etapas complicadas en su trayectoria. Sin embargo, Affleck también ha demostrado talento y oficio cuando trabaja bajo la dirección adecuada, colaborando con cineastas del calibre de David Fincher (en Perdida) o Terrence Malick (To the Wonder).

El desastre de Ben Affleck que borró a su director de Hollywood durante 20 años

Esa dualidad ha convertido a Affleck en un actor impredecible: puede sorprender en un thriller psicológico de alto nivel o perderse por completo en un desastre crítico. Entre esos altibajos se encuentra Paycheck, un título que no solo fue recibido con frialdad, sino que terminó marcando uno de los episodios más desafortunados en la carrera de su director, el legendario maestro del cine de acción John Woo. Lo que comenzó como una colaboración prometedora terminó expulsando simbólicamente a Woo de Hollywood.

Para los aficionados del director hongkonés, John Woo es sinónimo de clásicos como A Better Tomorrow, Bullet in the Head, Face/Off o Mission: Impossible 2. Su estilo hiperestilizado, lleno de secuencias explosivas y un virtuosismo visual inconfundible, convirtió su nombre en un sello de garantía dentro del cine de acción. Pero Paycheck fue la excepción que nadie esperaba: una película que Woo preferiría borrar de su filmografía y cuya decepcionante recepción lo llevó a retirarse del sistema de estudios estadounidenses por casi dos décadas.

‘Paycheck’, un concepto prometedor que terminó en fracaso

El problema resulta todavía más llamativo porque Paycheck partía de un concepto ideal para su autor. La historia, basada en un relato de Phillip K. Dick, seguía a Michael Jennings, interpretado por Affleck, un ingeniero encargado de mejorar tecnología ajena cuya memoria se borra tras cada misión. Cuando descubre que ha perdido su pago y recibe en cambio un sobre con objetos aparentemente sin sentido, comienza a desenterrar secretos que lo conectan con un complot mortal mientras es perseguido por el FBI y por el propio CEO de la empresa para la que trabajaba.

Aunque visualmente Paycheck captura esa estética temprana de los 2000 (fría, pulida y cargada de nostalgia), es también una de las películas más insípidas en la carrera de Woo. Todo lo que definía al director, desde la intensidad balística hasta la emoción coreografiada del caos, fue reemplazado aquí por secuencias domesticadas, sin riesgo y carentes de la energía que lo hizo célebre. Para muchos fans, la película es el punto más bajo de su paso por Hollywood.

Y eso que tenía elementos para funcionar: un elenco repleto de figuras como Uma Thurman, Paul Giamatti, Aaron Eckhart y un joven Michael C. Hall en su debut cinematográfico. Además, el respaldo de un material literario prestigioso prometía un thriller cerebral y atmosférico. Pero ni el carisma de los actores logró compensar un guion plagado de clichés, personajes que tomaban decisiones absurdas y una acción incapaz de ofrecer una dosis mínima de adrenalina.

El fracaso tuvo consecuencias directas para John Woo. Según relató en una entrevista con Rolling Stone en 2023, el golpe de Paycheck fue tan severo que dejó de recibir buenas propuestas en Hollywood. Ante ese panorama, decidió regresar al cine chino, donde retomó el control creativo y recuperó la consistencia que lo caracterizó en los años 80 y 90. Incluso sus proyectos menos exitosos en Asia fueron mejor recibidos que el tropiezo que lo obligó a abandonar Estados Unidos.

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