El intenso thriller de Hugh Jackman que los hermanos Duffer tomaron como modelo para los casos de desapariciones en ‘Stranger Things’
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

El origen más oscuro de ‘Stranger Things’ no está en los monstruos ni en el Upside Down, sino en un brutal thriller de Hugh Jackman que marcó a los Duffer. Una película donde la desaparición de un niño abre heridas imposibles de cerrar.

Una intensa película de Hugh Jackman marcó profundamente a los hermanos Matt y Ross Duffer mientras buscaban el tono adecuado para lo que después sería Stranger Things. Aunque la serie destaca por su encanto ochentero, sus criaturas sobrenaturales y su grupo de niños carismáticos, la semilla narrativa nació de un drama mucho más oscuro y realista. Prisioneros, el thriller dirigido por Denis Villeneuve centrado en la desaparición de dos niñas y el colapso emocional de sus familias, se convirtió en un modelo para construir la atmósfera de angustia que define los primeros episodios de la serie.

‘Prisioneros’ y su influencia en los casos de desapariciones en ‘Stranger Things’

En una entrevista con Rolling Stone, Matt confesó que, tras ver Prisioneros, pensaron que su historia habría sido aún más poderosa si se contara con el tiempo y profundidad que permiten las plataformas de streaming. La intensidad psicológica del filme los llevó directamente a plantear un relato de desaparición que pudiera expandirse durante varias horas. Ross añadió que, aunque amaban el tono adulto y sombrío de la película, querían combinarlo con la sensibilidad más juguetona que ellos mismos conservaban desde la infancia.

Por eso, antes de que existieran los Demogorgons, las bicicletas por las calles de Hawkins o las grietas hacia el Upside Down, la idea inicial detrás de la famosa serie de Netflix era simplemente un misterio de un niño desaparecido construido con la crudeza emocional de Prisioneros. Los Duffer vieron en esa tragedia un terreno fértil para explorar la desesperación humana, la obsesión por encontrar respuestas y el miedo a que lo peor sea cierto.

Del dolor a lo paranormal: la mezcla que definió el alma de la serie

Aunque uno es un drama criminal realista y el otro una serie sobrenatural, Prisioneros y Stranger Things comparten más de lo que parece. Ambos comienzan con un niño que desaparece; ambos generan un clima intenso de inquietud, dudas y angustia. El espectador, tanto en el filme como en la serie, se siente atrapado en un laberinto de miedos donde la pregunta no es solo quién fue, sino qué tanto estamos dispuestos a perder para encontrar la verdad.

La similitud más fuerte está en el núcleo emocional: en Prisioneros, Keller Dover (interpretado por Hugh Jackman) se hunde en una espiral de desesperación y violencia psicológica al buscar a su hija. De manera paralela, en Stranger Things, Joyce Byers (Winona Ryder) encarna esa misma fuerza devastadora al negarse a aceptar la desaparición de Will. Su voluntad de pelear contra todo y todos, incluso cuando nadie le cree, tiene la misma resonancia emocional que el personaje de Jackman.

Finalmente, tanto el tono sombrío como la construcción del suspenso remiten directamente a Villeneuve. Prisioneros es un relato sobre fe, moralidad y abismos emocionales, mientras que Stranger Things toma ese dolor y lo transforma en una historia sobre amistad, madurez y los riesgos de los experimentos científicos que salen mal. Pero la influencia está ahí: sin la sombra inquietante de Prisioneros, probablemente la serie no habría tenido ese corazón trágico que la distingue desde su primer episodio.

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