Esta comedia romántica con viajes temporales revela que incluso en Año Nuevo la vida es impredecible y preciosa. Una lección tierna sobre aprovechar cada segundo.
About Time parte de una premisa tan sencilla como profundamente emotiva: Tim Lake (Domhnall Gleeson) descubre, el día que cumple 21 años, que los hombres de su familia tienen la capacidad de viajar en el tiempo a momentos que ya vivieron. Su padre, James (Bill Nighy), le explica las reglas básicas y, sobre todo, le advierte que no utilice este don para enriquecerse ni buscar fama. Ese consejo define el rumbo de Tim, quien decide usar su habilidad para encaminar su vida amorosa y construir un futuro lleno de pequeños milagros cotidianos.
‘About Time’ y la magia de lo inevitable
En esa búsqueda conoce a Mary (Rachel McAdams), una joven encantadora cuya relación con Tim nace y renace por obra y gracia de los saltos temporales. Los tropiezos, los malentendidos y los reinicios son parte esencial de su historia: cada vez que Tim intenta ayudar a alguien más, altera de forma inesperada su oportunidad de enamorarla. Sin embargo, la película insiste en que lo que está destinado a ser, encuentra su camino.
Con el tiempo, Tim descubre que volver atrás puede traer beneficios, pero también consecuencias dolorosas. Cada salto altera no solo su trayectoria, sino la de quienes ama. La película demuestra que el verdadero aprendizaje no está en corregir errores, sino en aceptar que la vida implica pérdidas inevitables. Esta enseñanza se vuelve más profunda cuando James revela que está muriendo, y que ni siquiera él puede cambiar su destino. A partir de ese momento, padre e hijo abrazan el presente, compartiendo momentos que saben que no podrán repetir para siempre.
Una lección luminosa envuelta en humor y humanidad
Richard Curtis construye una comedia romántica que no se conforma con los lugares comunes del género. A través de diálogos ingeniosos, situaciones tan graciosas como tiernas y un elenco en perfecta sintonía, About Time equilibra la ligereza con la reflexión. Bill Nighy aporta un carisma cálido que vuelve cada escena con James un recordatorio de que la vida se aprende viviendo, mientras que personajes como Harry (Tom Hollander), Charlotte (Margot Robbie) y Joanna (Vanessa Kirby) suman frescura y encanto a una historia llena de humanidad.
Aunque el filme juega constantemente con la fantasía del “que pasaría si”, su verdadero corazón está en la decisión de valorar cada día como si fuera irrepetible. La narrativa deja atrás la simple aventura romántica para explorar temas como la pérdida, el perdón y la madurez emocional. Tim comprende que repetir una y otra vez los sucesos no garantiza la perfección. Lo que sí puede hacer es enfrentarlos con gratitud y una nueva perspectiva, hasta que el propio acto de vivir se vuelva más valioso que cualquier truco temporal.
En su tramo final, About Time muestra que los viajes temporales no son un escape, sino una metáfora sobre nuestra tendencia a añorar lo que ya pasó. La película invita a reflexionar sobre cómo administramos el tiempo, ese recurso que no podemos recuperar y que, sin darnos cuenta, a menudo regalamos sin intención. Al igual que Tim, cualquiera puede aprender a observar los detalles: un desayuno apresurado, una caminata rutinaria, un diálogo que parece trivial. Es ahí donde se condensa la vida.