Un recorrido final por Oz que vislumbra la epicidad de su primera entrega.
por Carolina CantoralFue hace un año que el fenómeno de Broadway llegó a las salas de cine bajo la dirección de Jon M. Chu, tras una larga espera desde el anuncio del proyecto, la expectativa ante Wicked (2024) era innegable, uno de los musicales más famosos del mundo tendría por primera vez una adaptación cinematográfica, miles de fanáticos esperaban con ansias una versión digna a la obra y sumado a eso el anuncio de Ariana Grande y Cynthia Erivo como Glinda y Elphaba respectivamente parecía ser una fiel promesa para tener una de las mejores adaptaciones musicales en la historia del séptimo arte.
Ahora este año las salas de cine se vuelven a pintar de verde y rosa para recibir a Wicked: por siempre, la segunda parte que es una representación del segundo acto de la obra teatral y que como era de esperarse, es en definitiva una película que es imposible no disfrutar y logra entregar un final digno y justo a la franquicia.
El esperado regreso a las tierras de Oz
Wicked: por siempre representó un reencuentro íntimo y conmovedor en la sala de cine pues después de un intermedio de un año entre el primer y segundo acto, regresar al universo de Oz se sentía familiar e incluso nostálgico. La experiencia comenzó desde una sala de cine liderada por una audiencia con tonalidades que hacían alusión a los personajes y que en sintonía compartían la misma emoción.
Pero esta vez nada volvería a ser igual, aquellos que fueron cautivados por Wicked parte uno, esta segunda parte evoluciona a un tono notoriamente diferente, que queda completamente alejado de lo que vivimos en 2024. Y aunque esta evidente diferencia puede sentirse ajena a la calidez de la primera parte es un contraste necesario para la naturaleza de la historia.
¿Que tan diferente es 'Wicked: por siempre' de la primera parte?
La diferencia principal que radica en Wicked: por siempre es en el sentido del estilo y la atmósfera narrativa, la primera parte tiene un estilo más inclinado a la calidez, a la nobleza de la amistad, a la belleza de la inocencia, a la ternura y bondad que viven dentro de Glinda y Elphaba e incluso con una gran esencia cómica.
Es como si la segunda parte de Wicked dejara atrás un día soleado para convertirse drásticamente de noche. Es más caótica, explosiva e intensa, pues busca profundizar en todas las consecuencias de las acciones cometidas en la primera parte y donde cada personaje ha pasado por un desarrollo que los ha convertido en diferentes versiones de sí mismos.
Al igual que su versión teatral la parte dos de Wicked tiene un enfoque más oscuro, más adulto e incluso más siniestro. Sin dejar atrás que es un filme con calificación para un público infantil, la película busca estirar lo más posible la oscuridad de la historia para mostrar los desenlaces liderados por la búsqueda de venganza, el egoísmo, la traición, el racismo, las mentiras y la pérdida de la inocencia ante un mundo que está en tu contra.
Con dos horas y casi 20 minutos, es una película que no se siente pesada o lenta al contrario puede que ciertos desenlaces se sientan apresurados e incluso abruptos sumado al desarrollo que conecta a través de guiños y de manera sutil a la historia de El Mago de Oz.
'Wicked: por siempre': se mantiene firme como su inicio
No es secreto que desde el rodaje ambas partes fueron filmadas de manera simultánea para luego estrenar en partes divididas. Al ser así es evidente que el nivel visual, actoral y musical se mantienen en esta segunda parte tal como la primera pero nunca está de más volver a reconocer la belleza detrás del diseño de vestuario y de producción que hace un año le valió dos Oscar. El universo cinematográfico de Wicked emana la intención de ser creado desde la pasión y amor al musical, pues visualmente es un espectáculo fiel a la naturaleza de la obra.
El elenco principal además de Ariana Grande y Cynthia Erivo, está conformado por Jonathan Bailey, Ethan Slater, Marissa Bode, Michelle Yeoh y Jeff Goldblum es sin duda una elemental y perfecta elección que desde la primera parte nos demostró la intensa química actoral y el talento desbordante de Grande y Erivo, en una historia que da espacio para que las actrices expandan todo su potencial artístico.
La consagración actoral de Ariana Grande
A pesar de que en esta segunda parte tanto Erivo como Grande destacan y fascinan con sus interpretaciones y rango vocal que cautivaron al mundo desde Wicked parte uno, es notable que Ariana Grande tiene más enfoque en Wicked: por siempre. En la primera parte es visible la inclinación hacia el personaje de Elphaba y por lo tanto a la interpretación de Cynthia; ahora es imposible no dar una mención honorífica a Ariana Grande, quien cautiva en lo absoluto, (sin demeritar la impecable interpretación de Cynthia) y es que es de esperar que en la próxima premiación de los Oscar Ariana reciba de nuevo una nominación a Mejor actriz de reparto o incluso la estatuilla dorada.
Una vez más Ariana demostró que Glinda no solo representa su interpretación soñada sino la mejor actuación en toda su carrera ya que el nivel emocional y actoral que empeña en este papel es completamente cautivador, conmovedor y emocional, es una entrega total y vulnerable al personaje.
Conclusión
Tal como fue en la primera entrega el nivel musical y vocal es completamente deslumbrante, con un talento y una química innegable entre Ariana y Cynthia, que desde la primera película demostraron que sus voces quedarán para siempre en la historia del cine como las mejores interpretaciones musicales jamás vistas bajo las piezas musicales del legendario compositor Stephen Schwartz.
Sin embargo, aun con las tantas escenas icónicas y aspectos a destacar que se desarrollan en Wicked: por siempre, el nivel de epicidad de la primera parte de Wicked es inalcanzable incluso para su secuela, pues la primera entrega generó una atmósfera completamente cautivadora que además incluye la mejor interpretación musical que alguna vez se haya visto en el cine con "Defying Gravity".
Ahora el largo camino de bloques amarillos a llegado a su final con un cierre digno y justo para la historia que posicionó a las brujas Elphaba y Glinda en las nuevas generaciones y dando mérito al universo cinematográfico de Wicked que enalteció y posicionó el género del cine musical de nuevo en el radar. La segunda parte cumple su misión: cerrar con madurez una historia que consolida su legado y epicidad con una de las adaptaciones musicales más ambiciosas de la década y que a partir de ahora será un clásico del cine musical, por siempre.