German (Fabrice Luchini) es un profesor de literatura muy a gusto con su carrera. En su tiempo libre le gusta escribir, pero se ha dado cuenta de que no es lo suficientemente bueno para publicar su trabajo. Jeanne (Kristin Scott Thomas), la esposa de German, dirige una galería de arte local que no ha tenido demasiado éxito. Debido a que las ventas han disminuido progresivamente, la mujer ha comenzado a preocuparse por su trabajo. Pero el marido le ha asegurado que incluso si la galería cierra, aún podrán llegar a fin de mes con su salario.
La vida de German cambia drásticamente cuando Claude (Ernst Umhauer), un estudiante de 16 años, entrega un trabajo escolar inusual. En él, Claude describe a la familia perfecta con su casa perfecta con la que ha estado soñando en secreto. Claude también describe cuidadosamente cómo planea entrar a la casa y comenzar a pasar tiempo con la familia que vive allí. El texto es tan bueno que German conoce a Claude en privado y lo anima a seguir escribiendo porque tiene exactamente el tipo de talento que podría transformarlo en un escritor exitoso.
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German también alienta a su alumno a ampliar las descripciones de su plan en una serie de artículos que le gustaría leer y criticar. Poco después, los periódicos comienzan a llegar y, a altas horas de la noche, German y Jeanne los leen. Son tan entretenidos que los dos apenas podían esperar hasta que apareciera el nuevo. Sin embargo, gradualmente los artículos se vuelven sorprendentemente provocativos y luego inusualmente explícitos.
Una exploración inquietante de la línea entre la realidad y la ficción
En la casa es una película brillantemente escrita y elegantemente dirigida por el cineasta francés François Ozon. Inicialmente da la impresión de que seguirá una ruta familiar, pero luego introduce una serie de fascinantes transformaciones de personajes que cambian por completo su tono y atmósfera. Los roles y objetivos iniciales de sus protagonistas también se redefinen de manera efectiva. Se presenta una trama secundaria después de que German y Jeanne comienzan a leer los artículos de Claude. En los textos del joven, la fantasía y la realidad se entrelazan brillantemente, lo que obliga al espectador a adivinar esencialmente hasta que aparecen los créditos finales.
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A veces, los giros, construidos en torno a algunas manipulaciones fabulosas, llegan abruptamente y durante un breve período de tiempo parece que la película se abarrota demasiado, pero Ozon, responsable de títulos igual de intrigantes como Swimming Pool: Juegos perversos y Joven y bella, guía cuidadosamente la historia y luego deja que los actores restablezcan el equilibrio. Hay varios episodios durante la segunda mitad de la película donde este escenario en particular se repite varias veces, pero la fórmula resulta fascinante.
Luchini y Scott Thomas son geniales juntos. De hecho, los elementos subversivos de la historia son tan efectivos precisamente porque los también protagonistas de El juez y La llave de Sarah, respectivamente, se sienten cómodos frente a la cámara. El joven Umhauer parece apropiadamente frágil al principio y luego completamente impredecible, mientras que la bella Emmanuelle Seigner también es muy convincente como el ama de casa desilusionada a la que se le presenta un dilema difícil.
