En el mismo año que se estrenó El viaje de Chihiro y El señor de los anillos: Las dos torres, llegó a los cines una de las franquicias de animación más populares que no pertenecían a la Casa del Ratón. La era del hielo se convirtió en un éxito en taquilla y fue nominada como Mejor Película de Animación en los Premios de la Academia. A la primera entrega le siguieron cuatro películas más, siendo La era de hielo: Las aventuras de Buck Wild la última de la franquicia, aunque ésta ya fue producida por Walt Disney Pictures.
De la peculiar manada conformada por el mamut Manny, el tigre dientes de sable Diego y el perezoso gigante Sid, sin duda alguna éste último es el más cómico de todo el grupo. Tal como su especie lo indica, Sid era bastante perezoso y despreocupado, algo que a veces resultaba molesto. Sin embargo es extremadamente fiel y siempre dispuesto a mantener a la manada unida. Es posible que tú también tengas un Sid en tu vida y no te hayas dado cuenta, así que aquí van cinco señales que te harán saberlo de inmediato (presta mucha atención).
1. Es algo dramático
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Sid siempre está metiéndose en problemas sin saberlo pero cuando llega el momento de resolver la situación, el perezoso suele preguntarse cómo es que se metió en un lío. Aunque la situación no sea tan grave, Sid aprovecha el momento para demostrar todo su talento en las artes dramáticas y preguntarse qué es lo que ha hecho para merecer esto.
2. Se deja llevar (demasiado) por sus emociones
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El perezoso de La era de hielo no sabe de límites, especialmente cuando se trata de alguna idea loca que se le mete en la cabeza. Un gran ejemplo es cuando en la primera cinta, él y su manada se enfrentan contra un grupo de dodos enfurecidos para ganar una sandía. Tras haber tenido una batalla en una especie de juego de fútbol americano por una sandía, Sid se deja llevar por la emoción de ganar y termina por lanzar la fruta al suelo, echando a perder todo el trabajo de la manada.
3. Nunca deja de hacer ruido
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No importa el momento que sea, Sid siempre está emitiendo alguna clase de sonido. Esto incluye también cuando es la hora, ya que el perezoso le toma algo de tiempo encontrar la forma para acomodarse y descansar. Por si fuera poco, Sid también habla mientras está soñando. Incluso en las situaciones en las que debe ser lo más discreto posible, Sid encuentra la manera de decir lo que no debe.
4. No capta las indirectas
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Si tu amigo es de esas personas que no entiende las señales más obvias, entonces es igualito a Sid. El perezoso mete la pata incluso en las situaciones más delicadas como cuando le dijo a Manny que debería buscar una familia como el resto de los mamut, sin saber que había perdido a sus seres queridos. Aunque Sid no lo hizo con mala intención, Diego hizo todo lo posible por hacer que entendiera que era momento de callarse.
5. Siempre es "humilde"
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Sid tiene muchas cualidades, algunas que no ha descubierto él mismo. Cuando la situación lo amerita, Sid encuentra la forma de resolver un problema, sin siquiera pensar en la solución, como por golpe de suerte. Eso sí, Sid aprovecha para hacerle saber a a todos "el genio" que es.