La última película de Sam Esmail, Dejar el mundo atrás, nos enseñó que los hackers pueden tener alcances de escala global que terminen por afectar a todo el planeta. Por si fuera poco, tal como sucede cuando la realidad supera a la ficción, en una sociedad cada vez más interconectada es frecuente adecuarnos a términos como la ciberseguridad y los ataques cibernéticos.
Tal situación la presenció Apple hace algunos años, cuando un hacker llamado comex, (que en realidad era Nicholas Allegra, un estudiante de la Universidad de Brown de Chappaqua en Nueva York), creó el proyecto JailbreakMe.
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Con apenas 19 años de edad, este genio de la informática logró tirar las protecciones y restricciones de la compañía en sus teléfonos inteligentes para hacer posible que los iPhones pudieran ser utilizados con diversas operadoras móviles y resultaran más personalizables como lo eran en aquel momento los dispositivos Android.
Para el verano de 2011, JailbreakMe se volvió tan popular que sumó más de 2 millones de descargas por parte de los usuarios y por ello Apple no tuvo más alternativa que contratar a este hacker.
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Luego de su fichaje, el cual abarcó la oportunidad de trabajar un año completo como pasante para la corporación, JailbreakMe se aplicó a millones de iPhones desde el primer lanzamiento de iOS y hasta la llegada del iOS 6.
Sin embargo, por no atender correctamente los procesos burocráticos de la compañía e ignorar un coreo electrónico necesario para su proceso de pasantía, nuestro protagonista perdió al empleo.
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Aunque hasta ahora Nicholas Allegra también ha formado parte de las filas de Google y Citrix System realizando proyecto de ciberseguiridad y hacking ético, su experiencia con Apple es difícil de olvidar.
