Toy Story 3 cumple 10 años este verano y miles de espectadores aún no superan el final de la película que algunos aseguran fue arruinado con la realización de Toy Story 4. La famosa tetralogía de Pixar es venerada por los fanáticos del cine animado, sobre todo por incluir una de las escenas más tristes de los 2000.
No nos referimos a la escena en que Jessie, la vaquerita recuerda a su dueña anterior y los momentos que pasó con ella, sino a la secuencia de Toy Story 3 en que los juguetes que lograron escapar de la guardería Sunnyside están a punto de ser destruidos y quemados en el basurero junto a los demás desechos.
La escena es tan icónica que una de las nuevas producciones de Netflix hizo referencia a ella a modo de sátira. Se trata de Orion y la oscuridad, la película dirigida por Sean Charmatz y escrita por Charlie Kaufman que presenta la historia de Orion, un niño de 11 años que lidia con su fuerte ansiedad. Hay un momento en que el pequeño está viendo una película en la televisión y es ahí donde ocurre la parodia a la tercera entrega de Toy Story.
Apenas pasaron ocho minutos de la película y vemos a Orion mirar una cinta en la televisión, sin impresionarse, pues está viendo cómo algunos objetos reciclables antropomorfos se dirigen hacia un triturador de basura mientras se abrazan, preparándose para el fin de su vida. Orion piensa que esto es cero realista, pues las cosas inertes no tienen sentimientos.
Netflix
Sin embargo, conforme avanza el largometraje, Orion se da cuenta que lo que creía absurdo en la película transmitida por televisión no es realmente cierto, pues él mismo comprueba que Oscuridad, Silencio y Sueño también son personajes no humanos que tienen la habilidad de hacerlo sentir mejor y ayudarlo a superar sus miedos.
