Las series coreanas se han ganado un lugar especial en el corazón de los espectadores. Por supuesto, quienes son fanáticos de este género saben que Netflix es el lugar perfecto para disfrutar de ellas. Desde Woo, una abogada extraordinaria, King The Land y Propuesta laboral, estas y horas historias han conquistado al público con su toque peculiar para conectar con diversas emociones que viven sus personajes.
Por supuesto, muchos dramas coreanos muestran relaciones madre hijos de formas excepcionales que son a la vez conmovedoras y complejas, donde se encuentran Hola y Adiós, mamá, Crash landing on you y Club de mamás. Recientemente, una serie originaria del país asiático está volviéndose popular entre los suscriptores de Netflix al mostrar el amor entre una empresaria y un padre soltero, y cómo es que esta situación impacta la vida de su pequeña hija.
Se trata de El blues de la madrastra y la hija, una serie que muestra lo que el amor puede hacer, no sólo por tu media naranja, sino por sus seres queridos. La serie presenta a Miyamoto Ryoichi, el padre de Miyamoto Miyuki, una pequeña niña de apenas ocho años. Desafortunadamente, la madre Ai falleció un par de años atrás, y desde entonces, sólo han sido ellos dos. Esto cambiará cuando Miyamoto Ryoich le propone matrimonio a Akiko Iwaki, una mujer de 32 años con una vocación de carrera sin igual. Akiko dedica casi el 100 por ciento de su tiempo a su trabajo como jefa del Departamento de Ventas de Mitsutomo Metals.
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El blues de la madrastra y la hija responde a una simple pregunta: ¿Qué sucede cuando una mujer enfocada en su trayectoria laboral, que nunca antes ha criado a un infante, tiene que asumir nuevas responsabilidades como madrastra? Pronto, Akiko se dará cuenta de que educar a un niño es mucho más complicado de lo que pensaba.
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Ahora, en su nueva vida y estando desacostumbrada a las tareas del hogar, Akiko deberá lidiar con un hogar mientras aprende sobre la marcha a criar a su hija. Akiko Iwaki trabajará duro para ganar la aceptación de la pequeña Miyuki. Con algunos tropezones, poco a poco se convertirán en una verdadera familia, experimentando juntos los pequeños momentos de felicidad, tristeza y risas de la vida.