Aunque el cine de superhéroes tuvo su boom tras el estreno de Avengers en 2012, las películas basadas en cómics se fueron en declive luego del lanzamiento de Avengers: Endgame y el cierre de los cines por pandemia. Con la excepción de producciones como Wandavision y Spider-Man: Sin camino a casa, Marvel nunca volvió a ser lo mismo, y la situación fue igual para DC, quienes incluso cambiaron de dirección al contratar a James Gunn para liderar el proyecto.
Tiempo antes de que los fanáticos fueran testigos del ocaso de las películas de superhéroes, una producción ya había fracasado en taquilla enormemente; incluso los críticos la señalaron como “No sólo fea, sino aburrida”. A pesar de que su personaje principal es una figura de acción bastante conocida entre los niños desde hace generaciones, las expectativas se cayeron tras ver el resultado de su adaptación en un live-action.
Paramount Pictures
En 2016 llegó a cines, de la mano del director Stewart Hendler, una historia en la que un adolescente descubre que su cuerpo es una fuente de energía inusual. Tras conocer a un alien con el que genera lazos para crear a una criatura de mayor poder, ambos desarrollan a una especie de superhéroe sumamente fuerte y poderoso al que bautizan con el nombre de ambos: Max Steel.
La entrañable figura de acción y juguete con el que millones de niños y niñas jugaron en sus infancias fue un rotundo fracaso en el cine, sin importar la intervención de actores como Andy Garcia. El guion de Christopher Yost fue criticado por los expertos como una historia “sin vida”, mientras que la ejecución de Hendler fue descrita como “Una película que encarna lo peor que el género tiene para ofrecer”, además de “Una pérdida de tiempo”, y “Un espectáculo sin espectáculo”.
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En la película, Max Steel no logra encubrir sus superpoderes y se convierte en el nuevo interés de los habitantes de su pueblo, llamando la especial atención de un grupo que quiere utilizarlo para un plan amenazador. Aunque fue su primera adaptación live-action, también fue la última de una posible saga, pues la mala recepción que tuvo en taquilla, sólo 8 millones de 10 que se invirtieron en su producción, imposibilitó que continuara su historia en la pantalla grande.