Con un presupuesto de 533.2 millones de dólares, una película de ciencia ficción se convirtió en la más costosa de la historia del cine. Además, a pesar de su elevado costo, el filme de 2015 demostró ser una inversión rentable para Disney, recaudando más de 2.000 millones de dólares en taquilla y consolidándose como la quinta película más exitosa de todos los tiempos.
Por otra parte, marcó el regreso de una icónica franquicia tras 10 años de ausencia que generó gran expectativa entre los fans. Con la participación de figuras legendarias como Harrison Ford (Han Solo) y Carrie Fisher (Leia Organa) también se impulsó una gran euforia por el filme.

Por supuesto estamos hablando de Star Wars Episodio 7: El despertar de la Fuerza, que además de encontrarse actualmente disponible en Disney+, se realizó en los estudios Pinewood del Reino Unido en lugar de Estados Unidos, permitiendo a la compañía beneficiarse de incentivos fiscales británicos y recuperar 86.6 millones de dólares, reduciendo el presupuesto final a 446.6 millones.
Pero en la parte negativa de este proyecto, queda el legado de que después del estreno, Disney decidió reducir los presupuestos de sus futuras producciones, según el experto Jeff Sneider quien señaló que el estudio busca hacer que las entregas de franquicias como Star Wars y el Universo Cinematográfico de Marvel sean más rentables con costos menores.

Así es que la próxima película de Star Wars, The Mandalorian & Grogu, tendrá un presupuesto menor que el de una temporada de la serie The Mandalorian, que costó 120 millones de dólares. Esto significa que la nueva producción tendrá un costo significativamente inferior al de El despertar de la fuerza, marcando un cambio en la estrategia de Disney para futuras superproducciones.
