El cine romántico ha explorado el deseo y la pasión de innumerables maneras, pero pocas películas han logrado capturar la intensidad de una relación sin recurrir a escenas explícitas como lo hace Deseando amar de Wong Kar-wai. Este filme, considerado una obra maestra del cine contemporáneo, demuestra que la sensualidad puede estar en una mirada, en un silencio compartido o en la sutileza de un movimiento apenas perceptible. Disponible en MUBI, junto a otras joyas del director como Chungking Express y Happy Together, es una opción perfecta para celebrar San Valentín.
La trama sigue a Chow Mo-wan (Tony Leung) y Su Li-zhen (Maggie Cheung), dos vecinos en el Hong Kong de los años 60 que descubren que sus respectivos cónyuges les han sido infieles. A medida que procesan la traición, desarrollan una conexión emocional que se va profundizando con el tiempo. Sin embargo, ambos se aferran a un código moral que les impide cruzar ciertos límites, atrapados en un vaivén de deseo reprimido y anhelos inconfesables.

‘Deseando amar’ de Wong Kar-wai: Pasión contenida y emociones a flor de piel
Más que una historia de amor convencional, Deseando amar es una exploración de la melancolía y la nostalgia. La película nos sumerge en un universo donde la belleza visual y la atmósfera juegan un papel crucial. Wong Kar-wai, con su inconfundible estilo, utiliza colores vibrantes, sombras sugerentes y encuadres meticulosos para enfatizar la soledad de sus protagonistas y la tensión latente en cada uno de sus encuentros.
Mientras la cinematografía, a cargo de Christopher Doyle y Mark Lee Ping-Bing, convierte cada escena en una pintura cargada de emoción contenida, el uso del tiempo y el ritmo narrativo en es fundamental para construir la intensidad de la historia. La música, especialmente la inolvidable composición de Shigeru Umebayashi, refuerza la sensación de anhelo y resignación que impregna cada momento del filme. La repetición de gestos y diálogos subraya la imposibilidad de la consumación de este amor.

Las actuaciones de Tony Leung y Maggie Cheung son extraordinarias. Leung expresa la tristeza y la contención de su personaje con miradas y silencios elocuentes, mientras que Cheung deslumbra con una interpretación que equilibra la fragilidad y la determinación. Juntos crean una química palpable sin necesidad de contacto físico evidente, lo que refuerza la idea de que el erotismo puede residir en lo implícito más que en lo explícito.
Más allá de su exquisita estética, Deseando amar plantea una reflexión sobre la naturaleza efímera del deseo y el peso de las decisiones no tomadas. A través de su relato, Wong Kar-wai nos recuerda que el amor, en ocasiones, se define no por lo que ocurre, sino por lo que nunca llega a suceder. La ausencia y la expectativa se convierten en los verdaderos protagonistas de la historia, dejando un recuerdo permanente en la mente y el corazón del espectador.