En el vasto catálogo de Netflix, las comedias románticas asiáticas, sobre todo provenientes de Corea del Sur como Dulce y amargo, Una chica del siglo XX y Wonderland, han encontrado un espacio privilegiado, y ahora una nueva película se ha convertido en la sensación del momento. La chica más hermosa del mundo ha logrado colarse en el top 10 de la plataforma, conquistando al público con su combinación de romance, humor y crítica al mundo de los reality shows.
La historia sigue a Reuben Wiraatmadja, un adinerado playboy que nunca ha tomado en serio el amor ni las relaciones. Su vida da un giro inesperado cuando su padre, dueño de una cadena televisiva, fallece y le impone una condición insólita para recibir su herencia: debe encontrar y casarse con la mujer más hermosa del mundo. En un acto de literalidad extrema, Reuben decide producir una nueva temporada del programa de citas The Most Beautiful Girl in the World, pero esta vez con él como protagonista.
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La película de netflix que reinventa los concursos de citas y conquista al público
En el proceso, Reuben se une a Kiara, una productora astuta y sin pelos en la lengua que se convierte en su aliada. Juntos intentan darle un giro al programa para hacerlo menos superficial y más auténtico. Sin embargo, a medida que avanzan las grabaciones, la química entre ambos se vuelve innegable, desencadenando un conflicto entre lo que dicta el guion y lo que realmente sienten.
El filme juega con el clásico tropo de "enemigos a amantes", una fórmula probada en éxitos como Ella es así o Todas contra John. Lo que diferencia a este filme de Indonesia es su intención de cuestionar el carácter frívolo de los programas de citas y su exploración del crecimiento personal de sus protagonistas. La relación entre Reuben y Kiara se desarrolla con naturalidad, permitiendo que ambos evolucionen como individuos antes de considerar un romance verdadero.
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Reza Rahadian ofrece una interpretación destacada como Reuben, logrando un balance entre su faceta arrogante y el hombre vulnerable que empieza a emerger gracias a Kiara. Por su parte, Sheila Dara Aisha brilla con un personaje fuerte y carismático que no teme desafiar las reglas del juego. La química entre ambos actores es uno de los puntos más fuertes de la película, haciendo que el público se involucre emocionalmente en su historia.
A pesar de sus aciertos, la película no está exenta de altibajos. Su estructura narrativa toma giros inesperados que pueden sentirse desconectados, especialmente en su segunda mitad, cuando la trama deja de centrarse en la producción del reality show para abordar los conflictos personales de Reuben. Este cambio de tono puede resultar desconcertante para quienes esperaban una sátira más incisiva sobre la industria del entretenimiento.
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Sin embargo, uno de los aspectos más valorados de la película es su desenlace. En lugar de caer en la típica resolución de cuento de hadas, La chica más hermosa del mundo opta por un final más realista, en el que los personajes priorizan su crecimiento personal antes de embarcarse en una relación. Este enfoque ofrece un respiro refrescante dentro del género y le da a la historia un cierre satisfactorio sin forzar una conclusión idílica.