En el vasto catálogo de Netflix se encuentra disponible un filme de 2017 que promete cautivar a los amantes del suspenso con un relato que combina los elementos psicológicos de un thriller con la intensidad de un slasher. Clinical, dirigida por Alistair Legrand, sumerge al espectador en un angustiante juego mental en el que la mente y la realidad se entrelazan en una historia perturbadora.

Trauma, miedo y obsesión: los ingredientes de esta oscura historia en Netflix
La trama sigue a la psiquiatra Jane Mathis, interpretada por Vinessa Shaw, quien tras un traumático suceso con una de sus pacientes intenta retomar su vida profesional. Sin embargo, la llegada de un nuevo paciente, Alex (Kevin Rahm), un hombre desfigurado tras un accidente, reaviva sus propios miedos y la sumerge en una espiral de terror psicológico.

A partir de ese momento, Jane comienza a experimentar alucinaciones y eventos inexplicables que la llevan a cuestionar su propia cordura. A medida que la película avanza, el suspenso crece, y el espectador es testigo de un retorcido juego entre la mente de Jane y una amenaza que parece estar más cerca de lo que ella imagina.
Uno de los grandes aciertos de Clinical es su atmósfera, que logra transmitir una sensación constante de inquietud. La película equilibra con habilidad los elementos de un thriller psicológico con la brutalidad visual característica de un slasher. Las escenas de tensión están cuidadosamente construidas, y aunque recurre a algunos jumpscares, la mayor parte del terror proviene de la incertidumbre y la fragilidad de la mente de la protagonista.

El trabajo de Kevin Rahm como Alex es otro de los puntos fuertes del filme. Su interpretación de un hombre que lucha contra sus propias sombras y deformidades emocionales resulta convincente y perturbadora a partes iguales. Por otro lado, William Atherton brilla en un papel secundario que añade peso a la narrativa, reforzando la sensación de que la realidad se desmorona lentamente.
La dirección de Legrand es precisa y logra mantener un ritmo sostenido, combinando secuencias de alta tensión con momentos introspectivos que profundizan en la psicología de los personajes. Además, la película se beneficia de una cinematografía cuidada que refuerza su tono inquietante y opresivo, ofreciendo, en última instancia, una experiencia que atrapa y mantiene al espectador en una angustiante atmósfera hasta su desenlace.
