En la última década, la ola surcoreana, también conocida como "Hallyu", ha inundado todos los rincones del planeta. Desde las pegajosas melodías del k-pop hasta las emotivas tramas de los k-dramas, la cultura surcoreana ha logrado capturar la atención y el corazón de millones. Grupos como BTS y BLACKPINK encabezan las listas de popularidad, mientras series como El juego del calamar, Woo, una abogada extraordinaria y Aterrizaje de emergencia en tu corazón se posicionan entre las más vistas en plataformas de streaming.
Entre los embajadores más destacados de la ola surcoreana se encuentra BTS, el grupo de siete integrantes que ha roto las barreras del lenguaje y la cultura para establecerse como un ícono mundial. Conocidos por sus elaboradas coreografías, letras profundas y una conexión genuina con su audiencia, los chicos de BTS han construido una base de fans, conocida como ARMY, que se extiende por todo el globo. Sin embargo, la inmensa popularidad de BTS también les ha conllevado desafíos, especialmente cuando se trata de mantener límites claros entre la vida pública y privada de los artistas.
En junio de 2024, Jin, el miembro mayor de BTS, culminó su servicio militar obligatorio, un momento significativo tanto para él como para sus seguidores. Para celebrar su regreso y el undécimo aniversario del grupo, se organizó un evento especial en Seúl donde Jin ofreció abrazos gratuitos a mil afortunados fans. Lo que debía ser una celebración llena de alegría y respeto tomó un giro inesperado cuando una fan japonesa, de aproximadamente 50 años, besó a Jin en la mejilla sin su consentimiento durante su turno en la fila. La incomodidad de Jin fue evidente, y el incidente rápidamente encendió debates sobre los límites del comportamiento aceptable hacia las celebridades.
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Sorprendentemente, la situación no quedó en una simple anécdota incómoda. Tras una denuncia en línea, la policía del distrito de Songpa en Seúl inició una investigación por presunta agresión sexual. Las autoridades solicitaron a la mujer involucrada que se presentara para ser interrogada, pero hasta la fecha ha rechazado comparecer. Este caso ha puesto de manifiesto la importancia del consentimiento y el respeto hacia los artistas, independientemente de la naturaleza del evento o la cercanía que los fans sientan hacia ellos.
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La comunidad de fans de BTS, conocida por su pasión y lealtad, no tardó en expresar su indignación. En diversas plataformas, ARMY condenó el comportamiento de la fan involucrada, enfatizando la necesidad de respetar los límites personales de los artistas. Comentarios como "Es acoso sexual. Odio esto" y "Respeta a Seokjin y no lo hagas sentir incómodo, inundaron las redes sociales, reflejando una clara postura en contra de cualquier acción que vulnere la integridad de los miembros del grupo. El incidente ha servido como recordatorio de la delgada línea que existe entre admiración y transgresión