Hoy en streaming: Uno de los westerns más épicos de la historia cuyo fracaso marcó un cambio importante para Hollywood
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Hubo un tiempo en que los cineastas tenían un poder sin precedentes en Hollywood. Pero todo cambió con una ambiciosa película que, tras su fracaso, marcó el fin de una era. Ahora, este western está disponible en streaming para ser redescubierto.

A lo largo de la historia del cine, han existido fracasos que han marcado un antes y un después en la industria. Uno de los más emblemáticos es el de La puerta del cielo, un western épico dirigido por Michael Cimino que, pese a su ambiciosa visión, terminó convertido en un desastre comercial. Esta película no solo estuvo a punto de arruinar la carrera de su director, sino que también supuso el fin de la era de la Nueva Hollywood, un periodo en el que los cineastas tenían un control sin precedentes sobre sus obras.

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Del olvido al culto: cómo un western incomprendido ganó su lugar en la historia

La película está basada en hechos reales y narra la Guerra del Condado de Johnson, un conflicto que enfrentó a los grandes terratenientes de Wyoming con inmigrantes europeos en la década de 1890. La historia sigue a James Averill, interpretado por Kris Kristofferson, un sheriff que trata de defender a los colonos de las brutales represalias de la Asociación de Ganaderos de Wyoming. En el otro extremo está Billy Irvine (John Hurt), un aristócrata que representa los intereses de la élite, lo que tensa su amistad con Averill y lo enfrenta a un dilema moral.

La narrativa combina el western con el drama histórico, presentando un retrato desgarrador de la violencia y la desigualdad en el Oeste estadounidense. A través de su impresionante fotografía y secuencias coreografiadas con precisión, la película construye una atmósfera densa y melancólica, reforzada por la majestuosa banda sonora de David Mansfield. Sin embargo, la complejidad de la historia y su ritmo pausado hicieron que muchos espectadores la encontraran inaccesible.

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El rodaje estuvo plagado de dificultades. Cimino, conocido por su perfeccionismo extremo, sometió a su equipo a innumerables repeticiones y ajustes que dispararon el presupuesto hasta los 44 millones de dólares, una cifra exorbitante para la época. Además, se filmaron múltiples escenas que posteriormente fueron eliminadas en un intento de reducir la duración original de más de cinco horas. También hubo controversias relacionadas con el maltrato animal en el set, lo que generó un gran rechazo en algunos sectores de la industria y del público.

Pese a los esfuerzos del estudio por hacer que la película fuera más accesible, el resultado fue un fracaso absoluto en taquilla. Con una recaudación de apenas 3,5 millones de dólares, La puerta del cielo se convirtió en uno de los mayores fracasos financieros de Hollywood. Su impacto fue devastador: llevó a la quiebra a United Artists y provocó que los estudios retomaran el control creativo sobre las producciones, poniendo fin a la libertad que los directores habían disfrutado en la década de los setenta.

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A pesar de su mala recepción inicial, con el tiempo la película ha sido reivindicada por críticos y cinéfilos. Hoy se la considera una obra maestra incomprendida, cuyo detallado diseño de producción y ambiciosa puesta en escena la sitúan entre los westerns más visualmente impactantes de la historia del cine. Su influencia puede verse en otras producciones que han explorado la crudeza del Viejo Oeste desde una óptica más realista y menos idealizada.

Disponible actualmente en streaming a través de MGM+ en Prime Video, La puerta del cielo es una película que merece ser redescubierta. Más allá de su infame reputación, sigue siendo una de las obras más audaces de su tiempo, con una profundidad narrativa y una calidad cinematográfica que han logrado resistir el paso del tiempo. Un recordatorio de que, en el cine, el fracaso comercial no siempre es sinónimo de fracaso artístico.

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