Clint Eastwood es un nombre inseparable del género western, junto con figuras como John Wayne. Su ascenso a la fama estuvo marcado por su participación en los spaghetti westerns de Sergio Leone, que revitalizaron el género en la década de 1960. La trilogía del dólar, considerada como la mejor de toda la historia por Quentin Tarantino, transformó a Eastwood de un actor subestimado en una estrella internacional, definiendo su imagen como el héroe rudo y enigmático.
Sin embargo, incluso los grandes del cine dejan pasar oportunidades, como sucedió cuando Eastwood rechazó participar en uno de los mejores westerns de la historia. Después de dirigir la célebre trilogía conformada por Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el malo y el feo, Sergio Leone buscaba cerrar su capítulo con el género western. No obstante, una oferta de Paramount Pictures lo convenció de dirigir Érase una vez en el Oeste.

La obra maestra de Sergio Leone que casi contó con Clint Eastwood
Este filme, que fusiona la nostalgia de un género en declive con una narrativa revisionista, presentó una visión única sobre los Estados Unidos del siglo XIX. La cinta, escrita por el propio Leone con Sergio Donati y Dario Argento, explora los dilemas de la modernidad y la expansión ferroviaria como símbolos de progreso, pero también de pérdida y violencia.
La película sigue a Jill McBain, quien regresa a casa tras un largo viaje desde Nueva Orleans para encontrar a su familia asesinada por órdenes del magnate del ferrocarril, Morton. Jill hereda las tierras de su esposo, que resultan clave para el desarrollo ferroviario, lo que la pone en el centro de una lucha de poder. En paralelo, un enigmático hombre conocido como "Harmónica" busca venganza contra Frank, el pistolero a sueldo de Morton, y se une al fugitivo Cheyenne, acusado injustamente de los crímenes.

Sergio Leone ofreció a Clint Eastwood un papel principal en Érase una vez en el Oeste, pero el actor declinó la propuesta. Esto llevó a Leone a rediseñar su visión, eligiendo a Charles Bronson, Claudia Cardinale, Henry Fonda y Jason Robards como protagonistas. La decisión, aunque arriesgada, permitió al director explorar una narrativa diferente, liberada de las comparaciones con la trilogía del dólar.
A diferencia de los spaghetti westerns clásicos, Érase una vez en el Oeste se caracteriza por un enfoque más introspectivo y maduro. Leone utiliza los ferrocarriles como metáfora del cambio social y cultural que transformó al salvaje Oeste en una civilización moderna. La película también cuestiona la mitología del héroe estadounidense, mostrando personajes más complejos y moralmente ambiguos.