Netflix se está enfrentando a una tormenta de críticas tras el estreno de The Electric State, que fue su última apuesta en el género de ciencia ficción. A pesar de contar con un presupuesto descomunal de 320 millones de dólares y un elenco repleto de estrellas, la película dirigida por los hermanos Russo resultó un fracaso tanto para la crítica como para el público. Este tropiezo confirma que gastar a lo grande no siempre garantiza el éxito y pone en duda la estrategia de la plataforma en la producción de contenido original.
Basada en la novela gráfica homónima de Simon Stålenhag, The Electric State transporta a los espectadores a una versión retro-futurista de los años 90 en donde se sigue a Michelle (interpretada por Millie Bobby Brown), como una adolescente huérfana que recorre el oeste de Estados Unidos en busca de su hermano menor, acompañada por un robot y un contrabandista interpretado por Chris Pratt. Pero a pesar de su atractivo planteamiento -y de contar con actores de renombre como Ke Huy Quan, Woody Harrelson, Giancarlo Esposito y Stanley Tucci- la película no logró impresionar a los usuarios.

En Rotten Tomatoes la cinta apenas alcanzó un 19% de críticas positivas, y entre los puntos más criticados se encuentró un guion predecible, una ejecución sin originalidad y una adaptación que traiciona la esencia del material original. Kevin Maher, de The Times UK, la calificó como "un aburrimiento de primera" con un aspecto de "Transformers de mitad de período", mientras que Dylan Roth, de Observer, la describió como "mortalmente aburrida, una película diseñada por un algoritmo y ensamblada en una fábrica". Por su parte, Les Inrocks sentenció el filme como "un despilfarro de 300 millones de dólares".
El decepcionante desempeño de The Electric State representa un golpe para Netflix, que apostó por la popularidad de Millie Bobby Brown y el prestigio de los hermanos Russo, reconocidos por su éxito en el Universo Cinematográfico de Marvel. Sin embargo, desde la publicación de los primeros tráilers, los fanáticos de la novela gráfica expresaron dudas sobre la fidelidad de la adaptación y la dirección artística del filme. Finalmente, el resultado confirmó sus peores temores: una historia sin alma que no logra destacar a pesar de su llamativo universo visual.

AA Dowd, de IGN Movies lamentó que la película "aplana la sombría grandeza de su material original", convirtiéndola en un espectáculo sintético sin impacto emocional. Este fracaso pone en tela de juicio la estrategia de Netflix sobre priorizar las grandes inversiones y nombres famosos sin garantizar la calidad narrativa de las cintas, y en un panorama de creciente competencia en el streaming, la plataforma podría verse obligada a replantear su enfoque y apostar más por la innovación y la profundidad en sus historias en lugar de confiar únicamente en el atractivo comercial de sus producciones.
