Desde su interpretación inquietante en Bronson hasta su desgarradora actuación en Warrior, pasando por su papel en la épica Mad Max: Fury Road o su oscuro Bane en The Dark Knight Rises, Tom Hardy ha demostrado una capacidad única para perderse en personajes atormentados, físicos y emocionalmente complejos. No es casualidad que directores como Christopher Nolan, George Miller y Alejandro González Iñárritu lo hayan convocado en proyectos ambiciosos y de alto perfil.
A lo largo de su carrera, Hardy ha sido reconocido por su compromiso extremo con los roles que interpreta, a menudo involucrándose profundamente en la construcción de sus personajes, tanto desde lo emocional como desde lo físico. Ahora, con Havoc, su nueva película en Netflix dirigida por Gareth Evans, el actor vuelve a sumergirse en un mundo violento, caótico y sin tregua, y según sus propias palabras, se enfrentó a una de las escenas más exigentes que ha rodado hasta ahora.

La escena que casi vence a Tom Hardy en su nueva película de acción
La escena en cuestión es una secuencia de pelea brutal, coreografiada con precisión, que se desarrolla a lo largo de dos pisos de un club nocturno repleto de gente. Aunque Hardy tiene una larga trayectoria en películas de acción, esta escena no solo lo exigió físicamente, sino que también lo enfrentó a condiciones extremas que pusieron a prueba su resistencia. En una entrevista con Radio Times, el actor de Venom: El último baile y Peaky Blinders confesó: “La pelea en Medusa fue muy dura. Llevaba una camiseta térmica, una camisa de lana y otra camiseta debajo. Y era verano”.

Hardy relató que, después de apenas diez minutos de estar lanzando golpes, empezó a sentir que no lograría terminar el día de rodaje: “Le dije a Gareth: ‘No voy a lograrlo. Creo que necesito cortarme las mangas’”. Finalmente, no solo se quitó las mangas, sino que terminó cortando casi toda la camiseta, quedándose con una especie de bolero improvisado y un forro polar por encima, acompañado de una bolsa de hielo en la espalda para soportar el calor sofocante.
El director comparó el look de Hardy con el de una mascota de Disney en pleno verano, algo que el actor respaldó entre risas: “Exactamente, así me sentía. ¡Pero me encantó!”. A pesar del agotamiento físico, Hardy aseguró que disfrutó cada segundo del rodaje, y que fue un reto del que salió fortalecido como actor. La escena, según los primeros comentarios, es uno de los puntos álgidos del filme y evidencia la brutalidad estética característica de Evans.

En Havoc, Hardy interpreta a Walker, un detective desmoralizado que opera en una ciudad estadounidense sin nombre, sumida en la corrupción y el crimen. La historia lo involucra en una peligrosa red que entrelaza políticos corruptos, mafias chinas, policías traicioneros y un complejo mundo de narcotráfico. Para Evans, la implicación de Hardy fue clave para dar forma al personaje y profundizar en su psicología desde el primer contacto telefónico que mantuvieron.
“Fue un viaje fascinante, porque eso nos permitió revisar el guion desde una perspectiva más profunda”, explicó Evans. “Nos aseguramos de que el tono, la estructura emocional y el desarrollo de los personajes estuvieran todos en armonía”. Así, Havoc se perfila como una propuesta violenta, intensa y emocionalmente compleja, en la que Tom Hardy demuestra una vez más por qué es uno de los intérpretes más respetados y comprometidos del cine actual.
