En Netflix: La película de Clint Eastwood basada en la historia real de la fuga más audaz de una prisión de máxima seguridad
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Se trata de una de las películas más intensas del cine carcelario, protagonizada por Clint Eastwood y basada en un escape real que desafió lo imposible. Suspenso, precisión y tensión marcan este clásico que no deja indiferente a la audiencia.

Clint Eastwood protagoniza Alcatraz: Fuga imposible, un clásico del cine carcelario que narra con sobriedad y tensión la histórica fuga de 1962 en la prisión de máxima seguridad más famosa del mundo. Disponible actualmente en Netflix, esta película revive uno de los grandes misterios del sistema penitenciario estadounidense: la huida de Frank Morris y los hermanos Anglin, cuyo paradero sigue siendo un enigma.

Dirigida por Don Siegel, en su quinta y última colaboración con Eastwood, la cinta logra un equilibrio perfecto entre la austeridad emocional del actor y la pulida dirección de un thriller contenido. Siegel reconstruye con minuciosidad cada paso del escape, inspirándose en el detallismo de The Great Escape, mientras Eastwood encarna a Morris con una intensidad interior que sustituye los diálogos por miradas y silencios cargados de significado.

Paramount Pictures

Disponible en Netflix, el thriller que desafió los muros de máxima seguridad

La historia se basa en el libro de no ficción de J. Campbell Bruce y describe cómo Morris, tras varios intentos de fuga en otras prisiones, es transferido a Alcatraz en 1960. Allí detecta una debilidad estructural en su celda: concreto envejecido tras el lavabo. Poco después se reúne con dos viejos conocidos, John y Clarence Anglin, y juntos trazan el plan que les permitiría escapar de lo que hasta entonces se consideraba una prisión impenetrable.

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El guion, escrito por Richard Tuggle, introduce además al personaje ficticio de Charley Butts, interpretado por Larry Hankin, quien representa el temor y la duda frente a la determinación de Morris. Otros reclusos, como el anciano pintor "Doc", el excéntrico "Litmus", el observador "English" o el violento "Wolf", enriquecen el retrato humano del encierro y subrayan tanto la desesperanza como la resistencia que habita en Alcatraz.

El clímax de la película, la ejecución de la fuga, es una secuencia sostenida con un nivel de tensión admirable. Aunque el filme respeta los hechos conocidos (los tres fugados jamás fueron encontrados), permite una pequeña licencia narrativa: la caída de la arrogancia del alcaide, interpretado con dureza por Patrick McGoohan. Esta escena simboliza la fractura en el mito de la prisión inviolable.

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Estrenada en 1979, Alcatraz: Fuga imposible fue un éxito de taquilla y sigue recibiendo elogios tanto del público como de la crítica. Quentin Tarantino la considera “fascinante y estimulante”, y miles de espectadores actuales han redescubierto esta obra a través de Netflix, describiéndola como “súper emocionante”, “atemporal” y “una de las mejores actuaciones de Eastwood”.

El interés por la película se ha reavivado también por el anuncio del presidente Donald Trump sobre su intención de reabrir Alcatraz como cárcel para delincuentes reincidentes. En medio de la polémica, esta obra de Siegel y Eastwood vuelve a recordarnos que ni los muros más gruesos ni las islas más aisladas pueden encerrar para siempre el deseo de libertad.

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