Cuando se habla del viejo oeste en la pantalla grande, hay dos nombres que aparecen en más de una ocasión: Clint Eastwood y John Wayne. Mientras que el primero se convirtió en el vaquero de mirada intensa y pocas palabras, un símbolo de la rudeza con estilo minimalista, el segundo, se mostró como un jinete clásico de las llanuras que prácticamente es el western en persona. Ambos dejaron una huella imborrable en el género que huele a pólvora en películas como El bueno, el malo y el feo o Marcha de valientes.
Ambos, Eastwood y Wayne, convirtieron en sinónimos del western como referencias obligadas para cualquier amante del cine con espuelas. Y si bien la mayoría de las películas del oeste más recordadas tienen a uno de ellos como protagonistas, una de las cintas del Viejo Oeste más extraordinarias, emocionantes y potentes de todos los tiempos no tiene a ninguno de los dos en su elenco. Lo mejor es que está disponible en Netflix, lista para ser descubierta (o redescubierta) por todos los amantes del suspenso y los duelos a muerte con música épica de fondo.

Hablamos de la joya de 1968, Érase una vez en el Oeste (Once Upon a Time in the West), dirigida por el maestro italiano Sergio Leone, el visionario director transformó por completo el género con sus inolvidables "spaghetti westerns". Esta película no sólo es un clásico, sino toda una cátedra de cine. En la cinta, Leone logra alejarse de los caminos trillados, llevando al público a un western más profundo, más poético y, al mismo tiempo, más brutal.

Aunque no están ni Clint ni Wayne, Érase una vez en el Oeste sí cuenta con un reparto de lujo encabezado por Henry Fonda, quien rompe por completo con su imagen habitual de buen tipo y se convierte en uno de los villanos más fríos, calculadores y despiadados que el cine ha visto. Leone, siendo un amante de los giros inesperados, se divierte jugando con las expectativas del público con elementos que funcionan de maravilla.
Junto a Fonda está Charles Bronson, en uno de sus papeles más memorables como "el Hombre de la Armónica", un forastero enigmático cuyo pasado y motivaciones se van revelando lentamente, con una mirada que dice más que cien líneas de diálogo. Y completando el trío de personajes inolvidables, está Claudia Cardinale como Jill McBain, una mujer con fuerza, inteligencia y un papel central que desafía todos los estereotipos del western tradicional.

Así que si eres fan del cine de vaqueros y creías que ya habías visto todo, prepárate para sorprenderte. Érase una vez en el Oeste no sólo está a la altura de las mejores películas de Eastwood y Wayne, sino que en muchos sentidos, las supera.