En Hollywood pasa de todo, desde historias de éxito y fracaso, romances fugaces y rupturas escandalosas, y hasta momentos que parecen sacados de una película de terror. Aunque para los escépticos siempre hay una explicación lógica, hay producciones que han quedado marcadas por extrañas tragedias que bien podrían haber sido causadas por una maldición. El exorcista, Poltergeist, El cuervo y hasta El Mago de Oz, son recordadas, no sólo por sus escenas, sino por los terribles accidentes y muertes que ocurrieron fuera de cámaras.
Aunque algunos dicen que es simple casualidad, y otros creen que son energías que se despiertan cuando se juega con lo desconocido, lo cierto es que hay historias detrás de cámaras tan terribles que son imposibles de olvidar. Uno de los relatos que ponen la piel chinita fue el de una película que jamás llegó a la gran pantalla, pero aún así, su nombre quedó grabado para la posteridad tras haber cobrado la vida de sus cuatro protagonistas.
Los hechos detrás de The Incomparable Atuk podrían sonar a ficción pura, pero desafortunadamente no lo fue. La cinta iba a ser la adaptación de la novela homónima escrita por Mordecai Richler. La historia seguía a un hombre inuit (una especie de esquimal), quien es llevado a la ciudad de Nueva York y comienza a chocar con la cultura y el estilo de vida tan opuesto de la Gran Manzana.
El País
Todo parecía ir bien, con el proyecto llamando la atención y varios estudios interesados en producirla, sin embargo, pronto comenzó la tragedia. El primero en ser vinculado al guion fue John Belushi, el legendario comediante de The Blues Brothers y una estrella de Saturday Night Live. En 1982, después de leer el libreto y decir que sí al papel, Belushi murió por una sobredosis antes de que pudiera comenzar el rodaje.
Siete años después del incidente, Sam Kinison, otro comediante famoso por su humor escandaloso, se interesó en el personaje. El actor incluso comenzó a filmar un par escenas en los años 90, pero terminó siendo despedido tras tener muchos conflictos con la producción. Poco después de haber dejado el set, Kinison perdió la vida en un accidente automovilístico en 1992.
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Si hasta este instante, la situación ya de por sí era escalofriante, la maldición no terminó ahí. Tiempo después, el guion llegó a manos de John Candy, el entrañable actor de Tío Buck al rescate y Planes, Trains and Automobiles. A Candy le interesó el proyecto y comenzó a considerarlo seriamente como su siguiente papel en la gran pantalla. Pero tal y como le sucedió a los actores anteriores, Candy murió repentinamente de un infarto en 1994.
Y por si no fuera suficiente, Chris Farley, otra estrella de SNL, también se dijo estar interesado en interpretar a Atuk. Pero luego de leer el guion, falleció de una sobredosis en 1997, a los 33 años. Sorprendentemente, estos cuatro actores, todos conocidos por su humor y conectados con The Incomparable Atuk, fallecieron antes de que el proyecto pudiera despegar.