Probablemente, cuando alguien piensa en Sylvester Stallone, lo primero que les viene a la mente es Rocky Balboa, ese boxeador incansable con corazón de oro que se ganó el respeto y admiración del público. Escrito también por el llamado "Semental italiano", Rocky se convirtió en uno de los personajes más icónico del cine. Desde la década de los setenta, el deportista de Filadelfia interpretado una y otra vez por Stallone, incluso entrenando a Michael B. Jordan en la saga de Creed.
Pero el actor originario de Nueva York no se limitó a usar guantes en el ring de pelea; también es conocido por haber dado vida a John Rambo. Aunque hoy en día, el veterano de Vietnam es sinónimo de acción pura y uno de los papeles más memorables en la trayectoria de Stallone, inicialmente, el intérprete no creía mucho en el proyecto. De hecho, Sylvester llegó a pensar que Rambo: primera sangre acabaría con todo lo que había construido hasta ese entonces y lo llevaría directo al fracaso.
Después del fenómeno que fue de Rocky, Stallone se volvió la estrella del momento, y fue entonces cuando llegó Rambo a su vida. Aunque todo parecía ir bien, con una historia intensa, cargada de acción, y muchas explosiones, Stallone no estaba convencido del todo. Y la razón de su inseguridad fue la primera versión de la película, la cual según sus propias palabras, era un completo desastre con una trama que no fluía como debía hacerlo.
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"Lo miré y me dije: '¡Esto va a acabar con mi carrera!'", fue lo que experimentó Stallone al ver el primer corte de Rambo. "[En la primera proyección], ambos salimos y creo que vomitamos en el pasillo", reveló sobre cómo se le revolvió el estómago del impacto de ver su carrera tirada a la basura. El también actor de Los indestructibles se asustó tanto que incluso trató de detener la película y eliminar todo rastro de ella: "Intentamos recuperar los derechos y quemar los negativos".
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Para suerte para todos, Stallone no se rindió y comenzó a pulir la historia. El personaje pasó de ser un tipo que mataba sin razón alguna a convertirse en una leyenda de la acción, mostrando un lado más humano con el que el público podía sentirse identificado. El éxito en taquillas hizo que tres años después, Stallone volviera a ponerse el traje de Rambo en una secuela. Su última aparición como el guerrillero fue en 2019 en Rambo: La última misión, y aunque no tiene planes de regresar, muchos esperan que el actor cambie de opinión.