El cine mexicano ha sabido cómo provocar toda clase de emociones, que van desde llorar, reír y, de paso, reflexionar sobre el país en el que vivimos. Comenzando por las lágrimas dulces y amargas que surgieron con No se aceptan devoluciones, hasta el humor con crítica social de Nosotros los Nobles, Cindy, la regia y Señora influencer, la producciones nacionales han encontrado la forma de contar historias cercanas. Pero no todo lo que llega a la pantalla grande son comedias o melodramas familiares hechos en México.
En el gran catálogo de películas mexicanas, también hay cintas que duelen, incomodan y que, aunque entretienen, también muestran esa realidad que muchas veces se prefiere ignorar. Amores perros retratando las vidas de varias personas en la Ciudad de México, Ya no estoy aquí, que explora la migración y la identidad cultural en el norte del país, y La dictadura perfecta, que echa en cara las tradiciones políticas, son sólo algunos de los títulos que han puesto de frente los contextos de sectores menos privilegiados.
Dentro de ese grupo de películas que presentan lo cruda que es la realidad en México, se encuentra una cinta que está disponible para verse tanto en Netflix como en ViX. Si bien fue estrenada hace más de 20 años, desafortunadamente, la realidad que expone sigue tan vigente como el primer día de rodaje. Se trata de una historia inspirada en hechos reales que deja ver, con dureza y sensibilidad, uno de los rostros más oscuras de la vida en la capital mexicana: la violencia contra las mujeres, la impunidad y el abandono.
IMDb
Hablamos de Nadie te oye: Perfume de violetas, una película que no necesitó ni de efectos especiales ni de un gran presupuesto para poner de manifiesto una problemática tan grave como actual. La cinta dirigida por Maryse Sistach muestra sin filtros el abandono institucional, la desigualdad social y las microviolencias que se vuelven parte del día a día de muchas jóvenes.
Perfume de Violetas nos transporta a un barrio pobre de la Ciudad de México donde vive Yessica, una adolescente de secundaria. La joven no tiene quien la escuche ya que su madre está más preocupada por darle gusto a su nuevo marido que por lo que le pasa a su hija. Esto hace que Miriam, su mejor amiga, se convierta en su único refugio, hasta que todo se desmorona.
IMDb
A diferencia de muchos dramas que optan por un final esperanzador, esta historia se atreve a decirnos que a veces la vida no ofrece un desenlace optimista: el dolor no se va, las injusticias no se resuelven, y los responsables no siempre pagan. Perfume de violetas es una cinta que golpea fuerte porque lo que le pasa a Yessica, también le ha pasado a muchas más en el país.
