La película subida de tono con Natalie Portman que merecía un Oscar mucho antes que el ‘El cisne negro’
Luis Fernando Galván
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

Antes del thriller psicológico de Darren Aronofsky, Natalie Portman protagonizó una cinta intensa y emocionalmente brutal que pasó desapercibida por muchos. Un papel arriesgado que exigía el mismo (o más) reconocimiento que su Oscar posterior.

Desde su debut a los 12 años con Léon: The Professional, Natalie Portman ha diversificado su filmografía. En V de Venganza, por ejemplo, se rapó la cabeza y abrazó el drama distópico con convicción; en Noches púrpura colaboró con Wong Kar-wai, uno de los autores más queridos del cine asiático; más tarde, su papel en El cisne negro, de Darren Aronofsky, le valdría el Óscar a Mejor Actriz por su compleja y visceral interpretación de una bailarina perturbada.

También ha explorado el cine independiente con títulos como Jackie de Pablo Larraín y Annihilation de Alex Garland, confirmando que Portman no teme a los desafíos. No obstante, fue en Closer: Llevados por el deseo, donde demostró por primera vez y de manera rotunda que había dejado atrás la imagen de niña prodigio para encarnar personajes adultos, ambiguos y emocionalmente densos.

Searchlight Pictures

Antes de ‘El cisne negro’, Natalie Portman ya merecía un Oscar, pero nadie lo notó

Closer, disponible en Max y dirigida por Mike Nichols en 2004, sigue siendo recordada como una de las películas más incisivas sobre el deseo, la traición y las relaciones humanas. En ella, Portman da vida a Alice Ayres, una joven estadounidense que conoce a Dan (Jude Law) tras ser atropellada en Londres. A partir de ese encuentro, se construye una red de pasiones cruzadas que también involucra a Anna (Julia Roberts), fotógrafa, y a Larry (Clive Owen), dermatólogo.

Alice se presenta como un personaje enigmático, de apariencia segura y humor irónico, pero cuya fragilidad se revela poco a poco. Portman interpreta a una mujer que es a la vez musa, amante, víctima y en cierto sentido, vengadora. Su trabajo destaca precisamente porque Alice parece contener varios rostros a la vez: la joven tierna del inicio, la stripper que controla la mirada del otro, la amante herida que exige sinceridad, la mujer que oculta su verdadera identidad. Portman logra que cada una de estas facetas se sienta auténtica, sin perder la coherencia interna del personaje.

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Una de las escenas más memorables ocurre en un club de striptease, cuando Larry descubre accidentalmente que Alice trabaja allí. La dinámica entre ambos es tensa, cargada de deseo y confrontación. A pesar de estar en una posición que podría parecer vulnerable, Alice domina la situación con inteligencia emocional, ironía y un control absoluto sobre su cuerpo y sus palabras. Cuando finalmente revela su verdadero nombre, Jane Jones, no está claro si dice la verdad o si sigue jugando con el poder de la ambigüedad. Portman transita ese momento con una mezcla de desafío y resignación que desarma a su interlocutor y al espectador.

La potencia de Closer radica en gran medida en la química de sus actores, pero es Portman quien se lleva las escenas más emocionalmente intensas. Su único cara a cara con Julia Roberts, tras enterarse del engaño entre Dan y Anna, resulta especialmente poderoso. La cámara se centra en ella mientras reprime las lágrimas y exige una fotografía, dejando que una lágrima solitaria caiga mientras su rostro se mantiene firme. Esa breve escena resume el dolor contenido, la dignidad herida y el deseo de no ceder del personaje.

Closer: Llevados por el deseo
Closer: Llevados por el deseo
Fecha de estreno 15 de enero de 2005 | 1h 45min
Dirigida por Mike Nichols
Con Julia Roberts, Jude Law, Natalie Portman
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