El cine mexicano tiene películas que incomodan como Y tu mamá también, Amores perros, Por la libre y una que deja una profunda huella de injusticia, hastío, dolor y soledad, dado que bajo la dirección de Maryse Sistach -en compañía del escritor José Buil- marcó el 2001 con una crudeza notable la violencia, desigualdad y la forma en que el sistema —familiar, escolar y social— abandona a las adolescentes que más lo necesitan.
La historia se centra en Yessica, una joven con una vida familiar difícil, marcada por la negligencia y el abandono, que en la escuela conoce a Miriam, quien es una chica más reservada y tranquila, con una madre mucho más presente. Entre ellas nace una amistad que les da respiro y afecto mutuo, hasta que un acto de violencia sexual sacude todo y marca un punto de quiebre entre ambas. Sin embargo, lo que sigue es una cadena de injusticias, silencios y dolor que reflejan una realidad brutal para muchas adolescentes mexicanas incluso a más de dos décadas del estreno de la cinta.
Videocine
Con la dirección de Sistach sobria y sin adornos innecesarios, tenemos una cámara que nos acerca a las protagonistas, en espacios escolares, calles y casas humildes, mostrando sin filtros la crudeza de una vida marginada, con la normalidad.
Además, la actuaciones son un punto clave con Ximena Ayala, como Yessica, ofreciendo una interpretación profunda y desgarradora que le dejó el Ariel a Mejor actriz, y a Nancy Gutiérrez como Miriam, aportando la sensibilidad que equilibra esa relación frágil entre cariño y comprensión, pero también temor y desconfianza a la trama. Además, Arcelia Ramírez destaca como la madre de Miriam, interpretando a un personaje que representa el contraste entre el acompañamiento y la ausencia afectiva que rodea a Yessica.
Videocine
La cinta fue muy bien recibida en festivales internacionales y nacionales, ganando cinco premios Ariel, incluida Mejor película. También se presentó en espacios educativos y sociales como parte de campañas de sensibilización sobre la violencia de género en jóvenes, mientras que su impacto en México no fue solo artístico, sino también social abriendo conversaciones importantes en un México que muchas veces había preferido callar el dolor de la incomodidad.
A más de 20 años de su estreno, Perfume de violetas y la historia de Yessica y Miriam siguen siendo vigentes demostrándonos que cuando el cine e atreve a tocar las fibras de su entorno, entonces se convierte en un motor de conciencia. Actualmente puedes ver esta película en Prime Video.
