Leonardo DiCaprio es de esos actores que se ha ganado a todo pulso el título de "estrella de Hollywood". Además de un codiciado Oscar, el dejó huella en grandes papeles como El lobo de Wall Street, El renacido y El origen, con las que se ganó el corazón y la admiración de millones de espectadores con cada personaje. DiCaprio demostrado que no solo tiene carisma, también rango actoral, pero hubo un momento de su carrera que casi lo hizo colgar los guiones y salirse del cine para siempre.
Suena increíble, pero antes de ser un gigante de la pantalla, DiCaprio enfrentó uno de los momentos más incómodos de su vida profesional durante el rodaje de una de las película más taquilleras en la historia. Si bien esta interpretación cambió su vida, la cultura popular y la forma de ver el romance, al actor de disgustó una escena que lo puso al borde, pero por fortuna no fue obligado a a renunciar y hoy sigue rompiendo récords de vistas.

Como muchos podrían haber adivinado, se trata de Titanic. Y la secuencia en cuestión no es la del barco hundiéndose, ni la del beso célebre en la proa, sino cuando Jack enseña a Rose a escupir como todo un "caballero". Resulta que tanto DiCaprio como Winslet se sintieron incómodos con la escena durante el rodaje y ambos actores querían que James Cameron la cortara, al igual que muchos otros involucrados en la producción. Sin embargo, el director se mantuvo firme y se convirtió en una de las escenas más memorables de la película.

"Escribí esta escena donde Jack le enseña a ella a escupir. La presidenta de mi compañía me rogó que la quitara", declaró Cameron a The Buffalo News en 1997. "La odió. A mi coproductor no le gustó. A la gente de Fox no le gustó la escena. A Leonardo DiCaprio no le gustó. A Kate Winslet no le gustó la escena cuando todos la leímos por primera vez", dijo sobre las reacciones de su equipo.
Pero James Cameron, famoso por su obsesión con los detalles, dijo que la escena, por asquerosa que fuera, mostraba la complicidad instantánea entre los personajes: Rose aceptando una costumbre callejera, alejándose de su alta sociedad, con un toque humano y divertido a una relación que se ganaba la eternidad. "Finalmente logré que se enamoraran. Probablemente sea la segunda o tercera escena mejor valorada de la película", explicó Cameron.

La próxima vez que veas la escena, sonríe y recuerda que fue una apuesta arriesgada que casi nadie quería y que por poco le cuesta a Leonardo DiCaprio una de las historias más grandes de su carrera. Por suerte, Cameron siguió firme, y el resto es historia.
