Todos saben que Netflix es un lugar que está repleto de series con la capacidad de atraparte desde el minuto uno. Stranger Things devolvió a millones a la década de los ochenta con monstruos de una realidad alterna, mientras que El juego del calamar mantuvo al borde del asiento al mundo entero con sus juegos letales. Y por supuesto, Bridgerton hizo del drama puro, la pasión y los bailes de época una ilusión hecha realidad. Pero lo cierto es que no siempre hay tiempo para engancharse con ocho temporadas, buscar teorías en internet, y exponerse a giros que te hacen mantenerte despierto hasta las tres de la mañana.
A veces, lo que uno necesita es una buena historia que se cuente rápido, que impacte sin rodeos, y que no te pida una especie de contraro de 40 horas. Y aquí es donde entra una joya que casi nadie notó que está en Netflix, tiene solo tres episodios y desde el inicio logra lo que muchas series de diez temporadas no consiguen: dejarte con la boca abierta. Y lo más increíble es que está basada en una de las obras literarias más importantes que se han escrito jamás.
Estamos hablando de Drácula, una novela que ha cruzado generaciones, idiomas y formatos. Esta historia que ha sido adaptada tantas veces que uno pensaría que ya no hay nada nuevo que decir pero esta serie lo hace, y con mucho estilo. Si pensaste en un castillo tenebroso, en un personaje elegante pero aterrador, en sangre, misterio y terror, es exactamente lo que Drácula de Netflix tiene para ti.
Netflix
La versión de 2020, producida por la BBC en colaboración con el gigante del streaming, es una reinvención moderna del clásico de Bram Stoker. Pero ojo, no es una simple copia, sino que esta adaptación, creada por Steven Moffat y Mark Gatiss (los genios detrás de Sherlock), toman la esencia del vampiro más famoso del mundo y la retuercen hasta convertirla en algo completamente nuevo, sin perder el respeto por el material original.
Ambientada a finales de XIX, la historia comienza cuando el abogado inglés Jonathan Harker viaja a Transilvania para conocer a su nuevo cliente, el Conde Drácula. Después pasar un mes en el castillo, el abogado termina encerrado en un convento de Hungría con un estado de salud deplorable. La Hermana Agatha, una monja muy peculiar, se acerca a él para ayudarlo a aclarar sus recuerdos, y durante la entrevista, Harker le confiesa que su curiosidad lo hizo llegar al fondo de la verdad, pero lo que descubrió es peor de lo que podría haber imaginado.
Netflix
Si eres de los que piensan que ya han visto suficientes versiones de Drácula, justamente esta serie tiene algo especial: logra sentirse fresca, actual, y sobre todo, relevante. No es sólo una historia de terror, también es una reflexión sobre el miedo, la vida, la muerte y, por supuesto, lo que significa ser (o haber sido) un humano.