Sin lugar a dudas, cuando se habla de ñas leyendas de acción que definieron el género, es imposible no pensar en Sylvester Stallone. El actor se ganó el corazón del mundo entero al dar vida al mismísimo Rocky Balboa, y años después, repetiría el éxito como el invencible Rambo. Sylvester era el tipo de persona que te podía tumbar de un solo golpe, o emocionarte al verlo darlo todo durante un duro entrenamiento. En pocas palabras, Stallone es un ícono viviente del séptimo arte con un legado que pocos pueden presumir.
Durante décadas, Sly construyó su legado con fuerza bruta e historias que conectaban con el alma del público. Ahora, a sus 77 años, el actor continúa dando de qué hablar, y aunque cada vez su presencia es más selecta, esto no quiere decir que no sea igual de poderosa. De hecho, en una entrevista con ET Canadá, el protagonista de Los mercenarios compartió una reflexión acerca de su trayectoria y de los mayores aprendizajes que ha tenido.
"En cierto modo, me considero el último de los dinosaurios. Y estoy muy orgulloso de ello", dijo el actor con esa voz rasposa que todos conocen, en un encuentro que tuvo lugar en 2023, luego de la proyección en el Festival de Cine de Toronto del documental Sly. "Estoy sorprendido por la longevidad de mi carrera", dijo el actor sobre lo que considera que es el lujo más grande de su carrera.
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Al mencionar a las criaturas jurásicas, Sylvester no hablaba de extinguirse, sino de haber sobrevivido en una industria tan cambiante y en la cual es fácil quedar en el olvido. "Llevo casi 50 años en el negocio. Así que no doy nada por sentado y quiero pasar más tiempo con mis seres queridos. Casi todo lo que me queda", dijo Stallone, un hombre que lo ha visto todo, que ha estado en lo más alto de Hollywood, y que ahora solo quiere disfrutar de los suyos sin tantas explosiones ni cámaras de por medio.
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Al igual que Arnold Schwarzenegger y Jean-Claude Van Damme, Stallone perteneció a una era donde los héroes se forjaban con escenas reales y no con efectos visuales digitales. Con títulos como Terminator y Contacto sangriento, esta generación de ídolos de acción dejó una huella imborrable antes de que los universos cinematográficos como Marvel o DC lo dominaran todo. Según Sly, quedarse es un triunfo, una rareza que pocos alcanzan hoy.