Los westerns tienen algo especial. Ya sea por esos duelos al amanecer, los sombreros llenos de polvo, o el sonido de las espuelas chocando contra el suelo, este género ha conquistado generaciones enteras. Basta recordar títulos como El bueno, el malo y el feo y Los siete magníficos, o el legado que han dejado figuras de la talla de John Wayne, Clint Eastwood, y Gary Cooper. Todos ellos se volvieron leyendas al cabalgar a toda velocidad, sortear disparos y saber enfundar una pistola.
Con el tiempo, el Viejo Oeste ha evolucionado. Quentin Tarantino nos sorprendió con Django desencadenado y Los 8 más odiados, mientras que en la televisión, Yellowstone ha sido un fenómeno que mezcla drama familiar con ranchos, rivalidades y el estilo cowboy. Pero, aunque hoy el género esté en una nueva era, para muchos expertos, el mejor western jamás hecho tiene más de seis décadas de vida y está inspirado en hechos reales.
Según los fans más fieles del western, nada se le compara a Marcha de valientes, una joya del cine clásico dirigida por el gran John Ford y protagonizada por el mismísimo John Wayne. Estrenada en 1959, esta película no sólo es considerada una obra maestra por su historia, sino porque logró capturar con fuerza valores como el deber, la valentía y la resiliencia de la guerra. Lo mejor es que, a diferencia de películas de antaño, Marcha de valientes está disponible en Amazon Prime Video, para verla esta misma noche.
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La historia está basada en una misión militar real durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, conocida como la "Red River Campaign", donde un grupo de soldados de la Unión debían adentrarse en territorio enemigo para destruir una vía férrea vital. Pero claro, en manos de John Ford, todo se convierte en un drama épico lleno de tensiones, conflictos morales y una cinematografía que hoy sigue siendo impresionante.
ohn Wayne interpreta al coronel John Marlowe, un comandante con temple de acero y nula tolerancia al error, mientras que William Holden da vida al mayor Henry Kendall, un médico militar con una visión más humana del conflicto. La relación entre ambos es uno de los puntos fuertes de la cinta, mostrando el choque entre el deber militar y la ética personal, en medio del caos que provoca la guerra.
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Una curiosidad que pocos conocen es que durante el rodaje, John Ford y William Holden no se llevaban nada bien. De hecho, el ambiente en el set era tan tenso que Ford tuvo que reducir algunas escenas para evitar que las fricciones afectaran la producción. Pero lo más sorprendente es que, a pesar de esas diferencias, la química en pantalla es innegable, y ambos actores entregan interpretaciones memorables.
Para los amantes del cine clásico, de las historias con drama y conflicto, o de los relatos de vaqueros, esta película es una cita obligada. Pero más que un western, Marcha de valientes es una lección de cómo hacer cine, no por nada, continúa hasta arriba de la lista de lo mejor del género.