Podrán pasar los años, cambiar los efectos especiales, y aparecer nuevos rostros, pero Jurassic Park sigue (y seguriá) siendo una franquicia que no deja de estar en la cartelera de Cinépolis y Cinemex. Desde aquel icónico rugido del T-Rex en 1993 bajo la dirección de Steven Spielberg, hasta la llegada de las entregas más recientes, la emoción por ver dinosaurios en la pantalla grande sigue intacta. No por nada, el verano de 2025 quedó marcado gracias a Jurassic World: Renace, el nuevo capítulo de la saga con Scarlett Johansson y Jonathan Bailey como protagonistas.
La realidad es que no hay absolutamente nadie que se pueda resistir al encanto de estas criaturas enormes, poderosas y, según las películas de Jurassic Park, sumamente inteligentes. Todos recuerdan esa escena icónica de los velocirraptor abriendo puertas como si fueran genios del reino animal, o al Tyrannosaurus Rex "salvando el día" en el último minuto de la cinta, como si supiera exactamente en qué momento debía aparecer para lucirse y llevarse los aplausos del público.
Aunque todos amen Jurassic Park, como siempre, la ciencia llegó una vez más para poner los pies en la tierra. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Bristol, el T-Rex no era tan listo como Steven Spielberg nos hizo creer. De hecho, según los investigadores, su inteligencia podría compararse más con la de un cocodrilo gigante. La investigación surgió tras décadas de análisis en las que paleontólogos y biólogos examinaron el tamaño y la anatomía del cerebro de los dinosaurios para inferir su comportamiento y estilo de vida.
ABC News - The Walt Disney Company
El estudio desmintió la popular idea de que el Tyrannosaurus Rex era una especie de genio jurásico. Durante años se pensó que su gran cráneo albergaba un cerebro de inmensas proporciones, lo que .e hacía supuestamente uno de los depredadores más inteligentes de su tiempo. Pero ahora, gracias a tecnología más avanzada y una nueva evaluación de los datos de los fósiles, parece que eso fue más un mito que una realidad.
"La posibilidad de que el T. rex fuera tan inteligente como un primate es fascinante y aterradora a la vez (...) pero nuestro estudio demuestra que eran más bien como cocodrilos gigantes e inteligentes", dijo el Dr. Darren Naish, uno de los involucrados.
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La idea de que, por ser un superdepredador, el T-Rex debía tener una mente compleja se propagó por años. Con esto, algunos entusiastas del cine llegaron a comparar la inteligencia del T-Rex con la de los primates o incluso los delfines, y reflejarlo así en la pantalla grande. Pero lo cierto es que, a diferencia de lo que se vio en Jurassic Park, no se la pasaban planificando emboscadas ni tenían tácticas avanzadas de cacería, sino que vida era mucho más simple y repetitiva.
Sea como sea, Jurassic Park y Jurassic World seguirán siendo de las favoritas. Aunque el T-Rex no haya tenido la lucidez que Spielberg le dio, no deja de ser una criatura imponente. Pero en el mundo del cine, nada de esto importa porque los dinosaurios siempre serán grandes protagonistas de esta y otras franquicias.