La industria cinematográfica por fin descubre por qué la gente ya casi no va al cine: la solución proviene de una ley del siglo XVIII
Jessica Campos
Jessica Campos
-Redactora
Algunas de mis películas favoritas son 'Birdman', 'Begginers' y 'L'âge atomique'. El cine de terror me da miedo, me gustan los comics, y mis géneros favoritos son la fantasía y la animación. Estudié Comunicación en la UNAM y algún día terminaré la carrera de Historia en la FFyL.

Aunque ir al cine a disfrutar de una película en la gran pantalla es toda una experiencia sensorial, la gente ha dejado de hacerlo y aquí te explicamos por qué podría estar sucediendo este fenómeno a nivel global.

La industria cinematográfica lleva años preguntándose por qué el público ha dejado de llenar las salas de cine como antes. Ahora, al parecer, una posible explicación se remonta a una antigua ley económica del siglo XVIII, a la que interesantemente se suman las declaraciones de Tom Rothman, presidente de Sony Motion Pictures, quien señaló que uno de los factores clave es el precio de las entradas. "Los jóvenes están intentando pagar el alquiler y no tienen muchos ingresos disponibles para llevar a toda la familia al cine ahora mismo, incluso si los niños entran a mitad de precio", afirmó.

Pero lo interesante de todo es que este argumento no es solo una percepción empresarial, sino una postura que la economía respalda. Dicho modelo de fijación de precios es conocido como "precio walrasiano", y fue formulado desde el siglo XVIII para sostener que en mercados con alta competencia y oferta variable -como lo es el cine— el precio debe adaptarse dinámicamente según la demanda, tal como sucede en sectores como el turismo o el transporte. En pocas palabras, si el precio de la entrada no cambia según el horario, la película o el día de la semana, se está perdiendo la oportunidad de atraer a diferentes tipos de público.

La La Land: Una historia de amor
La La Land: Una historia de amor
Fecha de estreno 3 de febrero de 2017 | 2h 08min
Dirigida por Damien Chazelle
Con Ryan Gosling, Emma Stone, John Legend
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3,3
Ver en Amazon Prime Video

En efecto, las cifras respaldan esta visión, ya que según datos de World Statistics, el precio promedio de una entrada de cine en más de 40 países ronda los 9.35 dólares, que equivale a más de 150 pesos mexicanos. Para muchas familias, esto representa un lujo difícil de justificar, sobre todo cuando las plataformas de streaming ofrecen cientos de títulos a cambio de una sola mensualidad.

Warner Bros. Pictures

Además, un informe de Common Sense indica que los niveles récord de taquilla alcanzados antes de la pandemia, como los que se vivieron con Avengers: Endgame, difícilmente volverán a repetirse. Los únicos casos recientes que se acercan a ese fenómeno fueron los estrenos de Barbie y Oppenheimer, que lograron romper la barrera de lo cultural para convertirse en eventos sociales globales.

Sin embargo la competencia del streaming es otro factor clave ya que actualmente, los usuarios tienen acceso inmediato a estrenos, clásicos y contenido original sin salir de casa y por precios equivalentes a una sola función de cine. Esto ha reducido la motivación para desplazarse, hacer fila y pagar precios elevados, sobre todo si la experiencia cinematográfica no se siente realmente distinta o valiosa.

Disney

Con este panorama, parece evidente que la industria necesita adaptarse o bien mantener precios dinámicos para la audiencia. Ya que de lo contrario, como demuestra la ley económica del siglo XVIII, entender cómo las personas asignan valor a su tiempo y dinero sigue siendo tan relevante como hace más de dos siglos. ¿Y tú prefieres ir al cine o ver películas en streaming?

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