Conocido por su inconfundible voz y su poderosa presencia en la pantalla, Liam Neeson ha sido uno de los actores más admirados del cine durante décadas. Desde sus papeles en La lista de Schindler, Love Actually y la saga de Búsqueda implacable, el actor norirlandés comenzó a conquistar al público con su versatilidad y carisma. Sin embargo, detrás del éxito y la fama vivió una historia de amor y pérdida que marcó profundamente su vida: su relación con la actriz Natasha Richardson.
Natasha, hija de la legendaria Vanessa Redgrave y del director Tony Richardson, pertenecía a una de las familias más reconocidas del teatro británico. Brillante en su trabajo y cálida en lo personal, Natasha conoció a Liam en 1993, cuando ambos actuaban en la obra de Broadway, Anna Christie. La química entre ellos fue inmediata y evidente incluso para el público y la crítica, que los ovacionó no solo por sus actuaciones, sino por la conexión que irradiaban.
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Ese mismo año, Natasha se divorció de su entonces esposo y al poco tiempo comenzó una relación con Neeson. En 1994, se casaron en una ceremonia íntima en una granja en Nueva York, y juntos tuvieron dos hijos, Michael y Daniel, compartiendo casi 15 años de vida en común, siempre manteniendo un perfil discreto a pesar de la fama.
Pero la tragedia los golpeó en 2009, cuando Natasha sufrió un accidente mientras esquiaba en Canadá. Aunque en un principio pareció un golpe menor, la actriz padeció una hemorragia cerebral que derivó en su muerte días después, a los 45 años de edad. Liam Neeson, devastado, tomó la desgarradora decisión de desconectarla del soporte vital, respetando el deseo de su esposa de ser donante de órganos.
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Desde entonces, Neeson ha hablado ocasionalmente sobre el dolor que supuso perder al gran amor de su vida, y en entrevistas ha recordado con ternura la risa de Natasha, su sentido del humor y la alegría que aportaba a su hogar. Aunque ha seguido adelante con su vida y su carrera, el recuerdo de su esposa sigue presente en cada uno de sus pasos, como un eco constante del amor que compartieron.