Si eres fan del terror, es casi seguro que El resplandor se encuentre entre tus favoritas del género. Lo cierto es que es prácticamente imposible no incluir la obra dirigida por Stanley Kubrick, que a su vez está basada en la novela de Stephen King, aunque el autor no quedó nada contento con el resultado, pero esa es otra historia. Desde su inquietante música, la estética perfeccionista de Kubrick, hasta la mirada perturbadora de Jack Nicholson, esta película se ha ganado su lugar como uno de los grandes clásicos del género.
Esta una cinta que se mete en tu cabeza sí o sí. No hay sustos baratos ni monstruos hechos con efectos por computadora: sólo un hotel maldito, una familia al borde del colapso y un niño con habilidades psíquicas que no pidió tener. Todo está construido para incomodarte poco a poco, hasta que no puedes más que mirar con los ojos bien abiertos y el cuerpo tenso. El resplandor es lenta, pero como veneno, hace efecto sin que te des cuenta.
Por eso, cuando alguien dice que El resplandor se queda corta frente a otras, la ceja de más de alguno se queda levantada una ceja. Según el mismo Stanley Kubrick declaró que había otra película que, en su opinión, es la más aterradora que jamás haya visto. No es El exorcista, ni El conjuro, ni alguna nueva producción con un demonio pegado al techo, sino una cinta europea que probablemente muchos no conocen: su título es Desaparecida, también mundialmente conocida como The Vanishing.
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Esta historia fue tan oscura, sofocante y perturbadora que, para Kubrick, dejó chiquita a su propia creación. Dirigida por George Sluizer en 1988, la trama arranca de forma aparentemente sencilla: una pareja de turistas, Rex y Saskia, hace una parada en una gasolinera durante un viaje por Francia. Todo va bien, hasta que Saskia desaparece sin dejar rastro. Rex pasa los años siguientes obsesionado con descubrir qué pasó con ella, sin poder seguir con su vida y sin olvidar lo que sucedió. El hombre sólo quiere respuestas, hasta que las encuentra y es peor que cualquier final que puedas imaginar.
Esta película impactó profundamente a Stanley Kubrick. ¿La razón? Sin sustos, efectos especiales, ni una sola escena de terror convencional, lo aterrador de The Vanishing está en lo real que es la historia. La película refleja con fidelidad esa angustia de perder a alguien sin explicación, el miedo a lo desconocido, y el retrato de una maldad que no necesita gritos ni sangre para quedarse grabada en tu mente.
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Antes de morir, Sluizer contó una anécdota que Kubrick amó su cinta. "Para mi gran satisfacción, Kubrick resultó ser el mayor fan de mi película. Creo que la vio diez veces. Me llamó cuando trabajaba en Los Ángeles para hablar de cada toma", dijo sobre cómo su trabajo fue alabado por el cineasta. "Recuerdo que me dijo: "¡Esta es la película más aterradora que he visto en mi vida!". Le pregunté: '¿Has visto 'El resplandor'?'. Me respondió: 'En comparación, es una película para niños. No da tanto miedo como la tuya'", reveló sobre lo que Kubrick le comentó.