Brad Pitt no sólo es uno de los actores más populares de Hollywood, también es uno de los más versátiles, y ha interpretado de todo en su larga carrera: el seductor de ¿Conoces a Joe Black?, el guerrero sin armadura de Troya, un doble de acción en Había una vez en Hollywood, y el carismático y violento Tyler Durden en El club de la pelea. Básicamente, si hay un personaje complejo, emocional o peculiar, probablemente Brad ya le dio vida alguna vez en la gran pantalla.
Y aunque tiene un historial envidiable lleno de éxitos taquilleros y películas memorables, hay una cinta en particular que se sale por completo de todo lo se esperaría de una producción con Brad Pitt a la cabeza. No es una historia de acción como Sr. y Sra. Smith, ni tampoco es un drama convencional como El curioso caso de Benjamin Button, ni mucho menos una comedia como La gran estafa. Esta historia es algo mucho más introspectiva, visualmente hipnótica y un poco rara también.
Se trata de El árbol de la vida, una de las películas más divisivas de la última década, dirigida por Terrence Malick, y que ahora puedes ver gratis si tienes suscripción a Amazon Prime Video. Esta cinta es una experiencia totalmente distinta. Si bien algunos la describen como una obra de arte cinematográfica o un poema visual que no termina de decir nada, para otros simplemente no saben cómo procesarla. Pero lo que sí es cierto es que, para muchos, El árbol de la vida es una de las películas más bellas jamás filmadas.
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En El árbol de la vida, la existencia de Jack O'Brien tambalea en una crisis de mediana edad sin encontrar un camino estable, mucho menos un futuro alentador. Su personalidad y los caminos que tomo en su pasado fueron moldeados, en gran medida, por su infancia y adolescencia, en los suburbios de la ciudad de Waco, en Texas, en la década de los años 50. Pero nada marcó a Jack como la difícil relación que tuvo con su padre, un hombre estricto, duro, inflexible, que, a pesar de amar a sus hijos y esposa, no era tolerante con la desobediencia ni la falta de disciplina.
Lo interesante de El árbol de la vida es que, en lugar de seguir una narrativa tradicional, Malick nos lleva por una serie de recuerdos, emociones, imágenes del universo y pasajes que parecen más sueños que escenas. Y si todo eso suena intenso, algo que hace destacar a la cinta es lo increíblemente hermosa que es, con cada toma cuidada al extremo y una fotografía que te envuelve de una forma que te hace sentir que estás meditando más que viendo una película.
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El árbol de la vida ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 2011, uno de los premios más importantes del cine mundial, y no fue una sorpresa para nadie. Es exactamente el tipo de película que amas o no entiendes del todo. Y aunque el público quedó dividido, la crítica no fue indiferente: acumuló más de 100 premios y más de 130 nominaciones en total, incluyendo tres nominaciones al Oscar (Mejor Película, Mejor Director y Mejor Fotografía).
Si tienes ganas de ver algo diferente, que te haga pensar, sentir y quedarte mirando al techo durante un rato, El árbol de la vida es una gran opción. No es una película para poner de fondo ni para verla con prisas, sino una experiencia para dejarte llevar.