La inteligencia artificial ya está en todos lados, con el internet creando deepfakes hiperrealistas de Tom Cruise en TikTok, y haciendo que Leonardo DiCaprio protagonice películas que nunca hizo. En el cine, la tecnología también ha empezado a hacerse más presente con producciones como El Brutalista y Emilia Pérez, que levantaron más de una ceja al usar IA para mejorar los diálogos de sus protagonistas, algo que causó revuelo en la última ceremonia de los Premios Oscar.
Y mientras unos celebran lo "novedoso", otros están escépticos de que pueda tener el mismo impacto que una producción hecha a mano, preguntándose dónde queda el trabajo humano en todo esto. Y es justo ahí donde entra uno de los cineastas más respetados del mundo: Guillermo del Toro, el director mexicano, el orgullo nacional, que ha llenado pantallas con criaturas únicas y mundos oscuros.
TRADICIÓN SÍ, IA NO
El cineasta detrás La forma del agua y Pinocho dijo que la IA no va con él. En realidad, no le interesa que una máquina tome su papel e "invente" por él, porque lo suyo es el arte hecho con manos, corazón y oficio. Con palabras más, palabras menos, Del Toro dejó claro que prefiere la artesanía de toda la vida antes que una "computadora disfrazando creatividad".
Fue durante su su participación en la Comic-Con de San Diego que el aclamado director dijo su sentir. "Estoy muy en contra cuando alguna persona dice: 'puedes hacer arte con un app'", contó sobre lo que han hecho saber personas a su alrededor. "Para mí, no puedes apretar un botón y que aparezca arte porque entonces no sabrás el inicio y final de la idea que estabas gestando", afirmó sobre la importancia del proceso creativo al momento de hacer algo desde cero.
'FRANKENSTEIN', UN PROYECTO AUTÉNTICO
Ese compromiso con lo humano, con lo imperfecto pero auténtico, se refleja en su próximo proyecto: Frankenstein. Y no cualquier versión, sino que trata de la adaptación soñada por Del Toro, una que lleva años rondando en su mente y que finalmente se materializa con un reparto de lujo. Pero lo más importante de todo es que se generará sin rastro alguno de inteligencia artificial. Conociendo el trabajo del mexicano, la película ya promete ser una experiencia visual y emocional como pocas.
Lo interesante es cómo Del Toro plantea el proyecto. Mientras Hollywood entero se deslumbra con herramientas digitales que aceleran procesos, él insiste en volver al origen: sets construidos, maquillaje práctico, efectos visuales hechos con detalle y horas de trabajo manual.
Vanity Fair
Ejemplo de ello es el tiempo que pasa Jacob Elordi sentado mientras es caracterizado. Para meterse en el personaje, Elordi ha llegado a estar 10 horas en la silla de maquillaje antes de rodar en los extensos sets de la película en Toronto y Escocia. "El vestuario tiene muchísimas capas", dice Elordi sobre interpretar al enigmático monstruo que es una de las figuras más icónicas de la cultura popular.
En pocas palabras, Guillermo del Toro está en lo contrario de lo que dicta la tendencia actual. Y si alguien tiene la autoridad para hacerlo, es él, quien ya demostró con El laberinto del fauno y La forma del agua que la combinación entre fantasía y sensibilidad humana puede dar como resultado películas ganadoras del Oscar.