Liam Neeson es reconocido en la actualidad como uno de los rostros más identificables del cine de acción. Desde el éxito inesperado de Búsqueda implacable, su carrera se encaminó hacia persecuciones, explosiones y justicieros implacables. Sin embargo, antes de convertirse en ese emblema del thriller de acción, Neeson había dejado claro que poseía un enorme talento dramático.
Una de las pruebas más contundentes de ello es Sospechoso, un intenso thriller legal de 1987 que hoy puede verse en Sony One a través de Prime Video. Eso sí, la película dejará de estar disponible en el catálogo en apenas cuatro días, así que esta noche es el momento ideal para disfrutar de esta historia.
Tri-Star Pictures
Un inocente bajo sospecha: el thriller que marcó la carrera de Liam Neeson
El relato comienza con la sorpresiva muerte de un juez de la Suprema Corte y el hallazgo del cadáver de Elizabeth Quinn, una mecanógrafa del Departamento de Justicia, cuyo cuerpo aparece en el río Potomac con la garganta cortada. En la investigación, la policía detiene a Carl Anderson, un veterano de Vietnam sordo y mudo que vive en situación de calle y que portaba una navaja y la cartera de la víctima. A partir de ahí, el espectador es arrastrado a un proceso judicial que desnuda las tensiones del poder en Washington D.C.
Cher interpreta a Kathleen Riley, una defensora pública con exceso de trabajo que debe asumir el caso de Anderson. A ella se suma Dennis Quaid como Eddie Sanger, un cabildero del Congreso que, por azar, forma parte del jurado y termina ayudando a Riley en la búsqueda de la verdad. El contraste entre ambos personajes da dinamismo al relato, pero es la actuación de Neeson la que imprime un peso emocional inigualable: con mínimos recursos verbales y apoyado en gestos y expresiones, consigue que el espectador empatice con el sufrimiento y la dignidad de su personaje.
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Liam Neeson, Cher y Dennis Quaid brillan en este thriller que puedes ver hoy en streaming
Uno de los aspectos más interesantes de Sospechoso es su tema central: la experiencia de la falta de hogar. Anderson encarna esa condición de manera literal como veterano sin techo, pero también Riley y Sanger se muestran “desplazados” en sus propias vidas: ella atrapada en relaciones superficiales con criminales y él sacrificando su integridad en los pasillos del Congreso. Esta dimensión simbólica convierte al filme en algo más que un simple thriller judicial y dota de una capa extra de densidad dramática.
La película juega además con la percepción del público. A diferencia de otros thrillers judiciales como Filo mortal, donde se mantiene la duda sobre la culpabilidad del acusado, aquí pronto comprendemos que Anderson es inocente. La tensión entonces se traslada a descubrir quién es el verdadero culpable. Si bien críticos como Roger Ebert cuestionaron la resolución por considerarla arbitraria, lo cierto es que en un segundo visionado se aprecian las pistas que conducen a un desenlace vinculado a un turbio juicio de 1968.
El verdadero mérito de Sospechoso es que, más allá de su intriga política y criminal, el espectador siente que la víctima principal no es Quinn, cuyo asesinato dispara la trama, sino Anderson. Un hombre roto por la guerra y la enfermedad, convertido en sospechoso por su condición social, que sin embargo transmite humanidad sin pronunciar palabra. Neeson logra lo que pocos actores alcanzan: emocionar a través del silencio.