Seamos honestos: todos tenemos un "gusto culposo" en cuanto a series se refiere. Esos títulos que juramos que solo vimos "por curiosidad", pero que terminamos devorándonos varios capítulos seguidos. Pasa con Emily in Paris, que unos critican pero que no se pierden ni un episodio. Lo mismo con El amor es ciego, ese reality que todos dicen odiar, pero del que comentan los finales como si fueran un partido de fútbol. Y si hablamos de México, nadie se salva de haber visto al menos un capítulo de La Rosa de Guadalupe, aunque juren que "sólo estaban cambiando de canal".
Lo cierto es que hay producciones que parecen diseñadas para atraparnos, aunque después lo neguemos en público. Y lo más curioso es que muchas veces no queremos admitirlo porque esas historias nos recuerdan etapas de nuestra vida que quizá preferimos dejar guardadas. Adolescencia, amores imposibles, la presión social de encajar y más temas que nos pegan más de lo que quisiéramos reconocer. Y entre esas series que se convirtieron en adicción silenciosa, hay una que brilló en Netflix durante varias temporadas y que, seguro, viste aunque ahora lo niegues.
Una historia adolescente que conquistó a todos
Creada por Mindy Kaling y Lang Fisher, Yo nunca llegó en 2020 a Netflix con la promesa de ser una comedia juvenil ligera. Pero pronto se convirtió en algo más: un retrato divertido, incómodo y, a ratos, emotivo de lo que significa crecer. Con una protagonista imperfecta, un humor fresco y temas que van más allá de los típicos clichés adolescentes, la serie se ganó un lugar en el corazón de millones de espectadores, grandes y chicos.
Netflix
La protagonista es Devi Vishwakumar (interpretada por Maitreyi Ramakrishnan), una adolescente indoestadounidense que, tras un año difícil marcado por la pérdida de su padre, decide reinventarse. Como muchos en su edad, Devi quiere ser popular, tener novio, encajar en la escuela y, de paso, superar su dolor personal. Todo mientras lidia con su estricta madre, sus mejores amigas y una rivalidad académica que se transforma en un enredo romántico.
El encanto de Devi (y sus enredos)
Parte del éxito de la serie está en que Devi es muy humana. Comete errores todo el tiempo, se mete en problemas, dice cosas sin pensar y lastima a quienes más quiere. Pero esa misma imperfección la hace real y entrañable. Es fácil enojarse con ella y, al mismo tiempo, entenderla.
Netflix
Otro de los aciertos de Yo nunca es cómo abordó temas profundos sin perder ligereza. El duelo, la migración, la identidad cultural, la amistad y la presión académica son tratados con naturalidad, pero sin dejar de lado el humor. Eso la diferenció de muchas otras series juveniles que solo se enfocan en romances o clichés escolares.
Tras cuatro temporadas, la serie llegó a su fin en 2023. Y aunque a muchos les costó decir adiós, lo cierto es que Yo nunca cerró de manera espectacular, con un desenlace que honró la evolución de Devi y sus amigos. Fue un recordatorio de que la adolescencia está llena de tropiezos, pero también de aprendizajes que marcan para siempre. Así que no importa si lo admites o no: probablemente viste más de un episodio y terminaste encariñado con Devi y compañía.