El universo de El Conjuro ha sido, sin duda, uno de los fenómenos más grandes del cine de terror en la última década. Todo comenzó en 2013, cuando James Wan presentó la primera entrega inspirada en los archivos de los Warren, una pareja de investigadores paranormales interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga. Lo que parecía una película de miedo más, se transformó en una franquicia con spin-offs, precuelas y secuelas que dieron vida a todo un universo compartido con demonios, monjas y muñecas endemoniadas.
Ahora, después de más de diez años de sustos, llegó el final con El Conjuro 4: Últimos ritos, la despedida definitiva de Wilson y Farmiga en sus icónicos papeles de Ed y Lorraine Warren. Y, como era de esperarse, la saga no se iba a despedir como si fuera cualquiera. De hecho, lo hizo con el mayor ruido posible que todavía resuena en la taquilla a nivel mundial.
Una despedida por todo lo alto
La cuarta entrega de El Conjuro rompió récords que parecían imposibles. En Estados Unidos, recaudó 83 millones de dólares en su primer fin de semana, prácticamente el doble de lo que Warner Bros. había calculado. Y lo más impresionante: superó con la marca anterior de la franquicia, que lo tenía La Monja II con 53.8 millones.
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El hecho de que Últimos ritos haya logrado tal hazaña demuestra dos cosas: primero, que la saga aún tiene un público fiel dispuesto a correr al cine por un buen susto, y segundo, que el género de terror está más vivo que nunca. Ninguna otra película del estilo había conseguido un arranque tan brutal en taquilla.
Además, se trata de un cierre como pocos. El regreso de Wilson y Farmiga, sumado a la atmósfera oscura y la promesa de mostrar la historia más intensa de los Warren, generó las expectativas suficientes para llenar las salas. Muchos fans sabían que era la última vez que verían a esta pareja en acción, combatiendo espíritus malignos con todo y crucifijos.
Un legado que nadie esperaba
Lo curioso es que El Conjuro nació sin las pretensiones de convertirse en una saga. Al inicio sólo era una historia de terror basada en hechos supuestamente reales, dirigida con el estilo elegante de James Wan. Pero la respuesta del público fue tan abrumadora que el cineasta vio la oportunidad de expandir este universo, dando el paso al nacimiento de Annabelle, La Monja y La Llorona.
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Aunque El Conjuro 4 marca el final de la historia principal, sería ingenuo pensar que Warner dejará morir esta mina de oro. Seguramente veremos más spin-offs, precuelas o incluso reboots en el futuro. Pero, al menos por ahora, Últimos ritos cerró el capítulo más importante de la saga con broche de oro.
