Esta serie latina no apta para menores parece telenovela y te mantendrá gritando con cada episodio en Netflix
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Esta serie latina en Netflix es una montaña rusa de emociones. Aunque tiene melodrama, también es un espejo de realidades duras y de personajes que luchan por sobrevivir en un mundo lleno de tentaciones y peligros.

En Netflix hay de todo, para todos y de todos lados. Si te gustan las historias que provienen desde Corea del Sur, seguro ya viste k-dramas como Si la vida te da mandarinas... o el fenómeno de El juego del calamar. Si prefieres los relatos con acento británico, entonces Adolescencia o Bebé reno te atraparon desde el primer capítulo. Y si quieres algo más frío, pero con drama intenso, ahí están las producciones danesas como Los secretos que ocultamos.

Pero siendo honestos, no hay nada que cause tanto ruido en el gigante del streaming como las producciones latinas. Con una historia con sabor, llena de giros inesperados y emociones a flor de piel, las series de la región son capaces de volverse el centro de atención en tan sólo un par de segundos. Entre ellas, hay una que ha dado mucho de qué hablar porque mezcla lo mejor de las telenovelas de toda la vida con un tono adulto y una trama que simplemente no puedes dejar a medias.

Un regreso cargado de drama

Sin senos sí hay paraíso, la secuela directa del éxito colombiano Sin senos no hay paraíso, es la historia que no es apta para menores, pero que, si decides darle reproducir, te tendrá gritando frente a la pantalla. La producción ahora vive en el catálogo de Netflix, y como pasa con las series latinoamericanas, está conquistando tanto a nuevas generaciones como a quienes disfrutaron de la primera parte.

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Para quienes recuerdan la primera parte, Sin senos no hay paraíso fue todo un fenómeno en su momento. Basada en la novela de Gustavo Bolívar, la serie exploraba la vida de mujeres que se adentraban en el oscuro mundo del narcotráfico, las cirugías estéticas y las falsas promesas de riqueza. Con un tono crudo, el programa retrataba cómo muchas chicas caían en un círculo de violencia y explotación en su búsqueda desesperada de un "mejor futuro".

Sin senos sí hay paraíso retoma esa esencia, pero ahora desde otra perspectiva. La historia arranca con Catalina "la grande" ya convertida en un recuerdo, y con su hermana menor, Catalina "la chica", tratando de sobrevivir en un ambiente hostil. A diferencia de su hermana, ella jura no repetir los mismos errores y se convierte en un símbolo de resistencia frente a las tentaciones y los peligros que la rodean.

Tono de telenovela con esteroides...

Quien se acerque a la serie notará inmediatamente su ADN de telenovela: triángulos amorosos, secretos familiares, venganzas que se cocinan lentamente y personajes que son muy bueno o muy malos. Sin embargo, aquí la fórmula se lleva al límite. El tono es mucho más adulto, la violencia es explícita y los temas que toca, desde la corrupción hasta la trata de personas, son tratados sin rodeos.

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Eso es lo que hace que no sea apta para menores: más allá de lo melodramático, la serie retrata realidades duras que ocurren en América Latina. Y aunque tiene como punto de referencia a la telenovela clásica, le pone un tinte más oscuro y moderno que le da una nueva vida a la historia. Y en un panorama donde las series de narcos ya no sorprenden tanto, Sin senos sí hay paraíso logra mantener el interés con drama, romance y giros que parecen sacados de un guion imposible.

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