Hablar de Dragon Ball es hacer honor da una de las franquicias más grandes que ha dado el anime. De los ochenta a la fecha, la obra de Akira Toriyama ha marcado a millones de personas alrededor del mundo y todavía hoy sigue vigente, con nuevas historias como Dragon Ball Daima, llegó en 2024 para deleitar a sus fieles seguidores. Desde la infancia de Goku hasta los combates titánicos de Dragon Ball Z, pasando por Dragon Ball GT, la saga que nos llevó a otros planetas.
Pero no todo han sido kamehameha y gritos interminables para cargar el ki. La serie también tuvo momentos bastante polémicos que con el tiempo se convirtieron en tema de debate. Antes de ser un anime cargado de violencia y épica, Dragon Ball nació como una comedia de aventuras con un humor que muchas veces jugaba con lo incorrecto y eso no pasó desapercibido cuando la serie cruzó fronteras.
El origen de la polémica
Lo curioso es que varias de esas escenas llegaron a transmitirse sin ningún tipo de filtro, en las primeras emisiones de Dragon Ball. Muchos niños las vieron sin entender del todo lo que estaba pasando, pero con el tiempo esas imágenes se convirtieron en recuerdos imborrables. Uno de esos capítulos es, sin duda, el que protagonizó Bulma cuando, con tal de conseguir una Esfera del Dragón, decidió levantar su vestido frente al pervertido Maestro Roshi.
Toei Animation
Todo ocurrió en los primeros episodios. Bulma necesitaba la esfera que Roshi guardaba como un tesoro. Pero el anciano, lejos de pedir un favor inocente, hizo una propuesta indecente. Y ahí vino la escena que todavía muchos recuerdan: Bulma, desesperada por avanzar en la misión, accede a mostrar partes de su cuerpo a cambio de la codiciada esfera.
Aunque el momento se trataba con tono cómico, la imagen de Bulma levantando su vestido resultó demasiado fuerte para las televisoras de varios países, que terminaron eliminando o modificando la secuencia en futuras transmisiones. Sin embargo, en los años 90, miles de niños en Latinoamérica y España vieron esa parte sin censura.
Todo ha cambiado
Hoy puede sonar increíble que una escena de este tipo se transmitiera en horario infantil, pero en su momento no hubo filtros ni ediciones especiales. Por supuesto, el contraste entre el humor ingenuo y la insinuación sexual generó incomodidad, sobre todo entre padres que no entendían cómo algo así aparecía en una caricatura dirigida a niños.
Toei Animation
En Japón, donde el anime siempre ha jugado más libremente con ese tipo de situaciones, la escena pasó como una broma más. Pero en Occidente, donde la televisión infantil se revisaba con lupa, el episodio fue tachado de inadecuado. Y el resultado fue censura, ediciones recortadas y hasta versiones dobladas donde se cambiaba el diálogo para suavizar la situación.
Lo que nadie pudo borrar fue el recuerdo de aquellos que lo vieron sin cortes. Para muchos fans, ese episodio representa la faceta más irreverente e inapropiada de Dragon Ball: una mezcla de aventura, comedia absurda y picardía que, aunque controversial, formó parte de su identidad original.