Hablar de Sean Connery es recordar a una leyenda del cine. El actor escocés se convirtió en un ícono gracias a su elegancia, su voz profunda y, claro, su inolvidable interpretación de James Bond. Para muchos, a pesar de que grandes como Pierce Brosnan y Daniel Craig se han enfundado en el smokin negro, Connery sigue siendo el agente 007 definitivo, el que marcó la pauta de cómo debía lucir y comportarse el espía más famoso del mundo.
Pero su carrera no se limitó a los trajes elegantes y a los martinis. Connery brilló en clásicos como Indiana Jones y la última cruzada, Los intocables, que le dio un Oscar como Mejor Actor de Reparto, y La caza del Octubre Rojo. Con esa trayectoria, cualquiera pensaría que terminaría su carrera en lo más alto, recogiendo aplausos y homenajes, sin embargo, la realidad fue distinta.
Una idea prometedora, un resultado catastrófico
Todo se debe a una película de ciencia ficción que resultó ser un tropiezo tan grande que el propio Connery confesó que estaba harto y que no quería seguir trabajando en Hollywood. Esa cinta fue La liga extraordinaria, y hoy está disponible en Disney+.
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Estrenada en 2003, La liga extraordinaria pintaba para ser un éxito seguro. Basada en el cómic de Alan Moore y Kevin O'Neill, la trama reunía a varias figuras literarias clásicas en un mismo equipo: Allan Quatermain, el Capitán Nemo, el Hombre Invisible, el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, entre otros. La idea era mostrar una especie de "Vengadores de la literatura victoriana", con un aire oscuro y espectacular.
Sean Connery aceptó interpretar a Quatermain, el líder del grupo, y todo parecía indicar que sería un nuevo triunfo en su carrera. Pero lo que terminó en pantalla fue otra cosa. La película se convirtió en un caos de efectos especiales, un guion desordenado y peleas internas entre actores y director.
El punto de quiebre de Connery
Lo peor de todo es que el rodaje fue un infierno para Connery. Se decía que tuvo múltiples enfrentamientos con Stephen Norrington, el director de la película, al grado de que la comunicación se volvió imposible. La tensión era tan grande que Connery llegó a declarar: "Ya he tenido suficiente de los idiotas", en referencia a lo mal que lo pasó durante la producción.
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Después del estreno y el desastre en taquilla, el actor decidió que no tenía sentido seguir lidiando con ese tipo de experiencias. Y aunque en 2005 todavía participó en algunos proyectos menores, La liga extraordinaria fue, en la práctica, la película que marcó su retiro definitivo del cine.
¿Realmente es mala? Hoy, con la perspectiva de los años, la película puede disfrutarse desde otro ángulo: como un experimento fallido pero curioso. Y en plataformas como Disney+ ha encontrado una segunda vida, especialmente para quienes sienten nostalgia por esa mezcla de acción, fantasía y estética de principios de los 2000.