Cuando una celebridad gana un premio Oscar por su actuación, dirección, música o alguna de las categorías establecidas por La Academia, el triunfo significa lo más alto a lo que una estrella podría aspirar en Hollywood. Billie Eilish tiene dos en su posesión, Leonardo DiCaprio tardó en conseguir la estatuilla, pero eventualmente lo logró… sin embargo, hay quienes no solo se centran en el esplendor de los Óscars, sino también en los de las demás ceremonias de la industria, incluidas las Golden Raspberry.
Mejor conocidas entre las audiencias como los premios Razzies, esta parodia de las ceremonias de galardones en Hollywood celebra “lo peor” del cine, contrastando completamente con lo impuesto por La Academia. Curiosamente, para actores como Christopher Walken, estas estatuillas son igual de importantes que cualquier otro, sin importar si se trata de un Golden Globe, un SAG o un Oscar.
Walken ganó el Oscar como Mejor actor de reparto por su interpretación secundaria en El francotirador, de Michael Cimino, pero unos años más tarde fue nominado a los Golden Raspberry por su actuación protagónica en The Country Bears. De acuerdo con el emblemático actor, no le molestó ser considerado en la categoría de la peor actuación, pues cada premio en Hollywood es importante, incluso cuando se trata de un Razzie.
Miramax
Christopher Walken quería ganar el Razzie al peor actor
“Me gustó The Country Bears”, comentó Walken en una entrevista a About Film, “Pensé que era bueno en ella”, sin embargo, al cuestionarlo sobre si los premios eran relevantes para él, asintió mientras se reía: “Sí, muchísimo. Son muy importantes para mí, quiero ganar los dos”, haciendo referencia no solo a la máxima estatuilla de Hollywood, sino también al Golden Raspberry. Lamentablemente, en dicha edición perdió el galardón ante Hayden Christensen, quien lo recibió por su papel como Anakin Skywalker en Star Wars: Episodio II - El ataque de los clones.
Disney
En la película de Disney, que apenas alcanzó 29 por ciento de aprobación en Rotten Tomatoes, también aparecieron Haley Joel Osment y Diedrich Bader, interpretando a los personajes de una comedia musical dirigida por Peter Hastings que además de fracasar frente a la crítica y darle a Christopher Walken uno de los premios más humillantes de Hollywood, recuperó únicamente 5.3 millones de dólares en ganancias durante su estreno en salas de cine.