Estrenada hace 25 años, esta película de ciencia ficción costó 17 millones de dólares más que 'Matrix' y fue un rotundo fracaso
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Mientras 'Matrix' sigue siendo homenajeada como una obra maestra de la ciencia ficción, esta otra cinta del mismo género permanece como una advertencia de que una mala historia puede costar caro.

En Hollywood, los años 2000 fueron una época de apuestas arriesgadas, efectos especiales que buscaban revolucionar la pantalla y conquistar al público con historias futuristas. Entre los grandes éxitos de esa época está Matrix, la obra de las hermanas Lana y Lilly Wachowski que redefinió el género de la ciencia ficción. Su mezcla de filosofía, artes marciales y efectos visuales innovadores la convirtió en un fenómeno cultural que todavía se cita y referencia en todo tipo de producciones.

En medio de esa fiebre tecnológica, algunas producciones lograron trascender y convertirse en clásicos instantáneos, mientras que otras se hundieron en el olvido a pesar de contar con presupuestos millonarios y repartos prometedores. Una de ellas fue una películas que quiso seguir la tendencia pero terminó pagando muy caro con millones de dólares perdidos debido a que fue un fracaso en taquillas.

De la cima al tropiezo

Mientras Matrix arrasaba en taquilla y se llevaba elogios de la crítica, Carrie-Anne Moss, quien dio vida a la inolvidable Trinity, decidió dar el salto a Planeta Rojo, otro proyecto de ciencia ficción. Parecía el movimiento lógico el aprovechar el impulso de una de las películas más influyentes de la década para seguir explorando más mundos futuristas.

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Sin embargo, lo que en el papel sonaba emocionante, terminó siendo una apuesta llena de fallos. Planeta Rojo prometía una historia de exploración espacial en Marte con un enfoque más realista, pero lo que el público recibió fue un relato confuso, sin la chispa que hacía falta para enganchar.

Un reparto que no pudo salvar la nave

El elenco era sólido: además de Carrie-Anne Moss, estaban Val Kilmer y Tom Sizemore, actores reconocidos que en teoría tenían la sostener una producción de este tamaño. Sin embargo, ni sus interpretaciones lograron evitar el desastre.

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La falta de química entre los personajes, un guion débil y diálogos que parecían forzados hicieron que incluso escenas que debían ser emocionantes se sintieran planas. En lugar de la épica prometida, los espectadores se sometieron a una cinta aburrida y absurda.

El costo del fracaso

Planeta Rojo tuvo un presupuesto cercano a los 80 millones de dólares, mientras que Matrix costó alrededor de 63 millones. La diferencia es que la cinta con Keanu Reeves recaudó más de 460 millones y se convirtió en un fenómeno cultural, mientras que Planeta Rojo apenas recuperó una fracción de su inversión.

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La crítica fue implacable: la consideraron poco inspirada, incoherente y sin identidad. Y lo peor es que el paso del tiempo no la reivindicó. A diferencia de otros fracasos que con los años ganan estatus de culto, esta producción quedó enterrada en el olvido.

¿Por qué no funcionó? El mayor problema de Planeta Rojo es que intentó ser muchas cosas a la vez sin lograr consolidar ninguna. Quiso ser ciencia ficción dura, cine de aventuras espaciales y drama humano, pero terminó perdiendo rumbo. Con el tiempo, la lección fue clara: ni un elenco de renombre ni un presupuesto millonario garantizan el éxito si la historia no conecta con la audiencia.

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