Takashi Miike, uno de los cineastas japoneses más prolíficos y controvertidos de las últimas décadas, ha construido una carrera que combina violencia, surrealismo y un estilo narrativo inconfundible. Con títulos icónicos como Audición, Ichi el asesino y 13 Asesinos, Miike se ha consolidado como un referente del cine de terror y acción, siendo admirado tanto en Japón como en Occidente por su capacidad de desafiar los límites del cine convencional y explorar los rincones más oscuros de la psique humana.
Su fama internacional se ha visto reforzada por la diversidad de su filmografía, que abarca desde dramas hasta comedias extremas y thrillers experimentales. En Japón, Miike es considerado un maestro que entiende la tradición cinematográfica local, pero que no teme innovar y romper tabúes. Su nombre es sinónimo de riesgo creativo, y cada nuevo proyecto genera expectativas tanto por su calidad como por su capacidad para sorprender al espectador.
La historia detrás del fenómeno que convirtió esta región en un lugar prohibido para Japón
Sin embargo, incluso antes de convertirse en un director consagrado, Miike experimentó la fuerza del cine de terror de manera impactante. A sus 15 años, recuerda haber visto por primera vez La masacre de Texas, película de 1974 dirigida por Tobe Hooper, que dejó una profunda impresión en la audiencia japonesa. La cinta se estrenó en Japón bajo el título The Devil’s Sacrifice y fue la primera experiencia de Miike con un terror que se sentía peligroso y real, distinto a cualquier otra película que hubiera visto hasta ese momento.
Miike describe cómo entró al cine casi por accidente, planeando ver Luces de la ciudad de Charlie Chaplin, pero debido a que las entradas se habían agotado, decidió ver la película de Hooper en su lugar. “El cine era antiguo, Shochikuza en Osaka, con pilares que creaban un escenario perfecto para el horror”, recuerda el director en entrevista para People. Lo que comenzó como un plan alternativo se convirtió en una experiencia que cambiaría su percepción del cine para siempre.
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Takashi Miike y su fascinación por ‘La masacre de Texas’
El impacto de La masacre de Texas en Japón fue enorme. La violencia explícita y la atmósfera desoladora de la película hicieron que muchos espectadores percibieran Texas como un lugar peligroso y remoto. “Nunca había experimentado algo así. En Japón, en ese momento, todos pensaban que Texas era un lugar peligroso, casi un paisaje desolado”, explicó Miike, destacando cómo el filme fue capaz de generar temor incluso a nivel geográfico.
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La película sigue a un grupo de amigos que son atacados por Leatherface y su familia, y combina un guion inquietante con actuaciones memorables de Marilyn Burns, Gunnar Hansen y Jim Siedow. Con un presupuesto modesto, logró recaudar más de 30 millones de dólares en todo el mundo y, en 2024, fue incorporada al National Film Registry por su valor cultural, histórico y estético.
El documental Chain Reactions, dirigido por Alexandre O. Philippe, analiza precisamente este impacto y cómo la obra de Hooper influyó en el género del horror y en la industria cinematográfica. Incluye entrevistas con Miike, Patton Oswalt, Stephen King, Karyn Kusama y otros expertos, así como material nunca antes visto, explorando cómo una película independiente estadounidense pudo alterar la percepción de un país entero.