En los noventa, junto a Dragon Ball, Supercampeones y Los Caballeros del Zodiaco, la magia de Sailor Moon marcó a toda una generación. Entre transformaciones llenas de brillo, villanos estrafalarios y frases inolvidables, la serie se convirtió en un clásico que millones de niños vieron después de la escuela. Sin embargo, detrás de tanta energía lunar había secretos que en su momento pasaron desapercibidos o que fueron directamente modificados para que no todos descubriéramos la verdad.
Uno de los casos más comentados, y que hasta hoy genera debate entre los fans, es la relación entre dos de las Sailor más carismáticas: Haruka Tenoh y Michiru Kaioh. Cuando la serie llegó a Latinoamérica en la década de 1990, muchas escenas fueron cambiadas para "suavizar" su historia. El resultado fue que durante años los seguidores de este lado del mundo crecimos sin saber lo que en Japón era evidente.
La censura detrás del romance
Por si no te diste cuenta cuando eras pequeño, Haruka y Michiru eran pareja. Mejor conocidas como Sailor Uranus y Sailor Neptune, ambas compartían una relación que iba mucho más allá de la amistad que nos contaron en el primer doblaje. En la versión latinoamericana, a Haruka incluso le pusieron una voz masculina, y en Estados Unidos llegaron al extremo de presentarlas como "primas".
Toei Animation
En Japón, Sailor Moon fue pionera al mostrar una relación lésbica en una caricatura dirigida principalmente a adolescentes. Haruka y Michiru tenían escenas cargadas de complicidad, gestos románticos y un vínculo muy fuerte que las convirtió en una de las parejas más icónicas del anime.
Pero cuando la serie se exportó, los distribuidores decidieron que esas muestras de afecto no eran "adecuadas" para los niños. En América Latina, lo más fácil fue cambiar el tono de voz de Haruka para que pareciera hombre, lo que dio pie a confusiones entre los fans. Mientras tanto, en Estados Unidos optaron por una solución todavía más drástica: transformarlas en familiares, algo que eliminaba cualquier insinuación amorosa.
Una historia adelantada a su tiempo
Lo que hizo Sailor Moon con estos personajes fue revolucionario. A mediados de los años 90, la representación LGBTQ+ en el anime y en la animación en general era casi inexistente. Haruka y Michiru se convirtieron en símbolos de visibilidad y demostraron que las historias de amor en la animación podían ser tan diversas como en la vida real.
Toei Animation
Para muchos fans que más tarde descubrieron la verdad, fue emocionante confirmar que esa "amistad especial" era en realidad una relación amorosa. La conexión entre ambas era genuina y se trataba con una naturalidad que sorprendía para la época.
La censura podrá haber cambiado voces y diálogos, pero nunca logró borrar la esencia de Haruka y Michiru. Su relación sigue siendo recordada como una de las más icónicas del anime, y el hecho de que haya sobrevivido al tiempo, a los cambios culturales y a las adaptaciones internacionales demuestra su fuerza.